Redacción- Uno de los smartphones más avanzados y que estaba llamado a romper moldes ha quedado como uno de los mayores fiascos que se recuerden en la industria de la tecnología.
Samsung confirmó el cese total de la producción del teléfono inteligente Galaxy Note 7 después de los reiterados problemas con las baterías. Este modelo quedó finalmente descontinuado antes de que cumpliera los dos meses de estar en el mercado.
La firma surcoreana tomó la decisión por las continuas preocupaciones de seguridad que existen de posibles explosiones.
Las primeras consecuencias que ha sufrido la empresa es la caída de sus acciones en un 8,04 en la bolsa de Seúl.
Hasta la fecha se estiman más de cien casos donde el teléfono ha presentado alguna fallo, aunque Samsung solo ha reconocido 35 casos.