Redacción – En una entrevista laboral, decir una mentira puede llegar a costar ese tan codiciado puesto de trabajo, porque la verdad va a salir a la luz en el futuro, y probablemente de la manera más incómoda posible.
Sin embargo, en un momento de desesperación, los candidatos a veces entran en pánico cuando se les pregunta algo complicado o cuya respuesta podría echar a perder su tan ansiada oportunidad, y mienten.
Según expertos, hay algunas preguntas que, si la respuesta no es ensayada con antelación, podría llegar a sabotear una entrevista laboral que de otra forma podría ser exitosa.
Por ejemplo, muchos entrevistadores le dan una vuelta negativa a una pregunta clave para observar cómo uno se desempeña bajo presión.
Cuando está en una situación incómoda, es más probable que el entrevistado diga algo de lo que después se arrepienta, y los que contratan están atentos a inconsistencias.
A continuación, algunas preguntas difíciles y cómo contestarlas sin mentir:
¿Ha tenido alguna vez conflictos con sus jefes?
Estas preguntas pueden ser difíciles porque mucha gente deja su empleo debido a problemas con sus superiores, y el entrevistador quiere saber que el futuro empleado no sea insubordinado. De esta manera, la mejor respuesta será: Tuve la suerte de haber tenido siempre relaciones positivas con mis jefes. Conviene agregar también un ejemplo de una situación en la que no estuvieron de acuerdo, pero en la que el entrevistado haya logrado resolver el problema de una manera exitosa y pacífica.
¿Qué aspectos de su trabajo anterior no le gustaban?
Como toda pregunta negativa, lo mejor es restarle importancia a lo malo y resaltar lo positivo. Hay que evitar obviamente respuestas como me encantaba todo, porque es obvio que son falsas.
Se aconseja una respuesta como me gustaba la mayoría de mis responsabilidades. Quizás mi menos favorita se relacionaba con las funciones administrativas, pero encontré la manera de que sean más agradables.
¿Cuál es su mayor debilidad?
Ésta quizás sea la pregunta más común en entrevistas de trabajo. Muchos optan por la típica respuesta soy un perfeccionista, pero ya es obvia y muy utilizada. El truco aquí es mencionar una debilidad pequeña que no esté relacionada con el puesto. Por ejemplo, si uno está siendo entrevistado para un puesto de asistente, una buena respuesta sería decir que su mayor debilidad es que le cuesta hablar en público ante una gran audiencia, no que no es organizado.
¿En su último trabajo fue despedido o renunció?
Aquí el que entrevista quiere saber qué tan honesto es o entender su ética laboral. Si en su último trabajo la persona fue despedida, lo mejor sería explicar que la relación concluyó con su empleador ya que la relación no funcionaba por algún motivo en especial o porque su forma de desempeñarse en el ámbito laboral era diferente e incompatible. Éste es un buen momento para explicar por qué este puesto es una gran oportunidad para el aspirante.
Describa una oportunidad en la que fracasó y cómo manejó la situación.
Ante esta pregunta, conviene elegir una situación en la que el fracaso fue pequeño, y no una que señale una inhabilidad de la persona para manejar un problema clave. Además, el entrevistador quiere saber si puede aprender de sus errores. Aquí se aconseja una respuesta parecida a la siguiente: siempre consideré a los fracasos y obstáculos como oportunidades de aprendizaje. Luego de aquel error, siempre realicé un esfuerzo extra para que no vuelva a ocurrir nunca más.