Redacción- Samsung parece dispuesto a demostrar que puede resurgir de sus cenizas, y que pese al complejo fin de 2016 le sobran fuerzas para recordar a todos que es uno de los grandes en el mundo de la telefonía.
Tras el batacazo del Galaxy Note 7, el mercado está conteniendo el aliento hasta saber cómo intentará el fabricante coreano solucionar el asunto, y parece que podría haber dado la clave con un Galaxy S8 filtrado antes de tiempo.
El terminal ha sido filtrado por Evan Blass y, dada la trayectoria de esta fuente, analistas y medios especializados le dan el crédito. En concreto el escueto mensaje dice: “Este es el Galaxy S8 que se lanzará el 29 de marzo”.
¿Cuáles son las bazas con las que jugarán los coreanos para sorprender al mercado?
Samsung ha optado por dos estrategias a tenor de lo filtrado: una continuista y otra rompedora. De la primera, el S8 hereda la estética que tanto ha gustado de los modelos precedentes y su pantalla curvada por completo en los laterales, con lo que el marco desaparece (al igual que en el S6 y S7 Edge).
La marca tampoco quiere cambiar algo que ya funciona extraordinariamente bien: la cámara de fotos, que contaría con 12 MP, pero estrenaría, eso sí, un sistema de detección de objetos y búsqueda visual.
El S8 llegará con un innovador asistente virtual bautizado como Bixby, que contará con un botón dedicado y será capaz de ejecutar órdenes más complejas que el de sus rivales. Este apartado es importante puesto que parece que las marcas tienen claro que el futuro de los móviles pasa inevitablemente por los asistentes basados en inteligencia artificial.
Otro apartado en el que el gigante quiere romper moldes es el relativo a la pantalla, y más concretamente su relación de aspecto, abandonando el habitual 16:9 y optando por un ratio 18:5:9.
La batería es un aspecto en el que también quieren marcar la diferencia y el S8 estaría dotado de una generosa con capacidad de 3.500 mAh en el modelo de mayor tamaño (según las fuentes habría dos S8, uno de 5,8 pulgadas y otro descomunal de 6,2 pulgadas).
Fuente El País
