Redacción- Al iniciar el año escolar a los padres les preocupa el bienestar de los niños y niñas, es por eso constantemente están buscando las mejores opciones para mantenerlos saludables durante su época de estudio.

De acuerdo con la nutricionista de Consultas Nutrición, Maricel Cruz, si bien el rendimiento escolar de un niño no está basado únicamente en la alimentación, ésta puede ayudar en algunos aspectos a mejorarla y mantener un buen nivel, en primera instancia estos son algunos de los hábitos más frecuentes que perjudican el buen rendimiento en los estudios:

* Loncheras pobres en nutrientes: para el buen funcionamiento del cerebro, necesitamos vitaminas del complejo B, vitamina E, C, sales minerales y ácidos grasos esenciales. Estos nutrientes los obtenemos gracias a una dieta balanceada.

* Consumo de azúcares y harinas refinadas: estos son alimentos que inhiben la atención y disminuyen la concentración. Evite incluir: leches saborizadas, gaseosas, jugos y refrescos con azúcar añadida, galletas elaboradas con harina blanca, repostería, panes blancos, dulces, chocolates, postres, fruta enlatada, paquetitos de harinas fritas, etc.

* No desayunar: verdaderamente es relevante romper con el ayuno, si el cerebro no recibe carbohidratos y energía, no va a realizar sus funciones adecuadamente. Carbohidratos recomendados: tortillas de maíz, tortillas de harina integral, pan integral, gallo pinto, arepas de maíz azadas, frutas y lácteos descremados.

* Saltarse comidas: deben realizarse 3 tiempos de comida principales (desayuno, almuerzo y cena), además de 2 meriendas, por la mañana y por la tarde, las meriendas son complementos alimenticios para el desarrollo intelectual.

* Bebidas altas en cafeína: café, té, chocolate, gaseosas, te frío endulzado, generan nerviosismo, desconcentración y falta de atención, prefiera batidos de frutas, refrescos naturales, agua o lácteos descremados.

¿Cómo componer adecuadamente un desayuno?

Un buen desayuno para niños y adolescentes en etapa escolar debe incluir:

* Alimentos altos en fibra: harinas integrales, frutas y vegetales.

* Proteínas de alto valor biológico: huevo, queso fresco, lácteos descremados y sin endulzar, evite los embutidos. Es apremiante mencionar que estos alimentos no deben de hacerse fritos, ya que de forma natural contienen grasa, de ahí la importancia de utilizar métodos de cocción como en salsa de vegetales, a la plancha, a la parrilla, al horno o asado.

* Grasas de origen vegetal: aguacate, almendras, semillas de marañón, nueces o aceite de oliva.