Redacción – Apenas días después de asumir el mandato y recibir al primer ministro japonés en la Casa Blanca, Donald Trump comenzó a imponer su poder ante los demás líderes mundiales.
Sus reacciones corporales han sido las responsables de enviar ese mensaje de poder y de quién manda. Cada reunión con un presidente los apretones de manos incomodan tanto a la prensa como al involucrado.
Incluso, ello ha llegado hasta empujones, como el reciente gesto con el primer ministro de Montenegro en la cumbre del G7.
No obstante, también ha tenido momentos incómodos con Angela Merkel o Emmanuel Macron, quienes le han devuelto los gestos con fuertes apretones de manos o burlas.