Redacción – El deporte puede ser una receta para las mujeres que ya están o van a llegar a la etapa de menopausia, puesto que le permitirá luchar con los diferentes síntomas tales como insomnio, sudoración, palpitaciones, mareos(…).
El conjunto de síntomas durante la menopausia parece interminable, aunque ni todas las mujeres lo sufren ni todas tienen los mismos síntomas.
El deporte ayuda a minimizar los efectos y mejora la calidad de vida tanto física como mentalmente en las mujeres que atraviesan esta etapa.
La mujer pasa sobre los 40-50 años por el llamado climaterio, la etapa en que la menstruación se desajusta y se producen los primeros síntomas por los cambios hormonales aunque no se considera que se llega a la menopausia hasta que ha pasado un año desde la última regla.
Al desaparecer el periodo, el organismo se revoluciona. Cada mujer es un mundo y debe estar guiada por su ginecólogo.
Lo fácil es recetar pastillas para estos cambios hormonales, pero hay buenos médicos que saben que, si recetan piscina, gimnasio o pilates dos días a la semana, se puede quitar esta medicación en una proporción muy alta. Una fórmula que sirve para las que ya hacían ejercicio y para las que no.
Además de eliminar o paliar los síntomas externos, el deporte previene la aparición de la osteoporosis, la descalcificación de los huesos.
Al eliminarse la regla, deja de producirse estrógenos, la hormona que le protege a nivel cardiovascular, que regula la proporción de hueso y la asimilación de calcio para producirlo.
Sin hacer deporte, cada década de vida desde los 20 años se pierde un uno por ciento de musculatura; a partir de los 50, un uno por ciento cada año, y entre un 1 y un 2’5 % de masa ósea.
Se junta todo y no es que le duelan los brazos o una mano o una rodilla, es que no hay musculatura ni los huesos tienen la calidad suficiente para aguantar el peso.
Un pequeño golpe se convierte en una fractura de muñeca o del cuerpo de una vértebra, lo que provoca más dolores. Se ha tonificar el cuerpo, ganar masa muscular y absorber más calcio para mejorar los huesos: y eso se logra con actividad física.
Si estos entrenamientos se realizan al aire libre, mucho mejor: el sol aporta la vitamina D, tan necesaria para que el calcio se absorba y se fije en los huesos.
Los efectos van más allá de lo corporal y también se notan en la parte psicológica.
El estrógeno que ya no se produce es el responsable del buen ánimo, por eso a veces te encuentras mal sin saber por qué. El ginecólogo puede mandar parches hormonales que sustituyen ese estrógeno y si lo ayudas con las endorfinas que se generan al hacer deporte, el efecto negativo se contrarresta.
¡La juventud está en un cuerpo sano, así que ya sabes que nada la detenga!