Redacción- La higiene del perro es un aspecto importante para sus dueños, especialmente cuando la meta es reducir el mal olor que puede generar el pelo del can.

Sin embargo los perros no pueden bañarse cada día, ni tampoco con demasiada frecuencia, por eso es importante tener claro cada cuánto bañar a tu perro para no causar daños en su piel o pelaje.

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta para garantizar la salud de nuestro perro es cuidar adecuadamente su pelo, y esto incluye NO bañarlo con frecuencia. Y es que el pelo del perro cuenta con aceites que le ayudan a mantener la salud de su piel, y si lo lavas con frecuencia los mismos podrían desaparecer, haciendo que tu mascota corra mayor a padecer distintas enfermedades de la piel.

Existe una regla de acuerdo al tipo de pelo

Poco pelo o sin pelo – una vez cada 6 o 8 semanas
Pelo medianamente abundante – una vez cada 4 a 6 semanas
Pelo muy abundante – una vez cada 4 semanas

Dependerá del estilo de vida, tamaño, raza o tipo de pelaje del animal. Nunca se me ocurriría recomendarle a un dueño de un Terranova bañar cada semana al perro en la mini bañera de su casa y con un secador de mano pequeño.

Normalmente los perros pequeños como Chihuahua, Maltés, Yorkshire, Shih Tzu, pueden bañarse cada una o dos semanas. Si son de pelo largo mientras más baños, mejor tendrán el pelo, ya que los buenos productos ayudarán a nutrir e hidratar la piel.

Los perros medianos o grandes tipo Golden Retriever, Collie y Labrador pueden hacerlo una o dos veces al mes.

Contrario a lo que se piensa, los perros que viven en el exterior en el campo pueden espaciar mucho más los baños de los que viven en un piso. ¿La razón? que en el campo pueden darse baños de barro y así este actúa como un detergente que les ayuda a librarse de la polución, pero por supuesto para el criterio humano de limpieza estarán sucios y apestosos, por lo que deberían bañarse como mucho cada dos meses.

Por el otro lado, los perros que viven en piso son normalmente perros de ciudad que están más expuestos a la contaminación, el tabaco y las aceras llenas de gérmenes y más cosas bastante desagradables, por lo que los baños deberían ser mucho más frecuentes. Y más si tomamos en cuenta que son precisamente esos los que conviven permanentemente en un espacio cerrado con nosotros.