Redacción- Ha pasado menos de una semana desde que Dani León recibió el trasplante de médula ósea y aunque los días posteriores le marcaron un escenario complicado, el pequeño sigue luchando con todas sus fuerzas desde la habitación número 42 del Hospital de Cincinnati, Estados Unidos.
El menor fue polimedicado y sometido a intensas sesiones de quimioterapia antes y después del trasplante, para que su cuerpo recibiera en la mejor forma su nueva médula, por lo que Dani ha sufrido un desgaste físico grande.
«La buena noticia es que todo va bien, de acuerdo al proceso, inclusive los doctores nos dijeron que para la etapa en la que él está, supera el promedio de otros niños trasplantados», afirmó su mamá Zaida Calvo.
Por la medicación que recibe Dani duerme mucho y ya perdió el cabello, pero mantiene un buen estado de ánimo.
«Las siguientes dos semanas son críticas, sin médula que funcione y sin ninguna defensa, pero seguimos positivos, pidiéndole a Dios», aseguró Calvo.
Y es que tanto en Dani, como en su familia el cansancio ya les pasa la factura, pero están dispuestos a dar la milla extra para salir victoriosos.
«Es complicado después de tantos días, pero estamos tratando de vivir un día a la vez, cada día vivido es ganancia y confiando en que el proceso continúe siendo exitoso», expresó la valiente mamá.
