Redacción- El día en que la diputada australiana Rachel Carling-Jenkins descubrió que su esposo tenía pornografía infantil en el computador de su casa, fue junto a su hijo a denunciarlo a la policía.

Tras la denuncia el hombre tuvo que ir a prisión y la vida de Carling-Jenkins nunca volvió a ser la misma.

Esta semana la diputada reveló por primera vez la historia.

«Personalmente vi las imágenes que, desde ese momento y hasta ahora, me han provocado angustia», dijo.

«Mi matrimonio terminó inmediatamente. Me fui de la casa el mismo día que descubrí lo que estaba pasando y no he regresado, excepto cuando fui a buscar algunas de mis pertenencias».

Carling-Jenkins hizo un discurso este jueves frente al parlamento australiano, en el que argumentó que había mantenido silencio sobre lo sucedido para no interferir en la investigación policial y en el proceso judicial.

La política conservadora reconoció que nunca había tenido ninguna sospecha de que su esposo fuera un adicto a la pornografía infantil.

«No me arrepiento, como madre o como esposa, de haber denunciado este espantoso crimen que ocurrió en la privacidad de mi casa», agregó.

«Sus caras quedarán grabadas en mi memoria»

Carling-Jenkins dijo que su marido se ha negado a firmar los papeles del divorcio y a llegar a un acuerdo sobre las propiedades y otros activos de la pareja.

Aseguró que se sentía financiera y mentalmente abusada por su esposo, quien fue sentenciado a cumplir una condena en prisión.

También se refirió a la angustia que ha sentido por las víctimas.

«Las caras de muchas quedarán grabadas en mi memoria para siempre. Rezo para que la policía pueda identificar y rescatar a tantas víctimas pobres, desamparadas y vulnerables como sea posible».

«Esas niñas pequeñas no serían abusadas si personas como mi exmarido no crearan un mercado». #Fuente T13