Redacción- Los científicos de la Universidad de Princeton (EE UU) que llevaron a cabo la investigación, los perros son sociales por naturaleza.
Esto no se debe a un aumento en su cognición social, sino a una mutación genética relacionada con el síndrome de Williams-Beuren: un trastorno del desarrollo humano con síntomas como la hipersociabilidad.
El estudio, dirigido por Bridgett Von Holdt, se centró en el área cromosómica implicada en la sociabilidad canina, analizando el comportamiento y el ADN de varias razas de perros procedentes del American Kennel Club; incluyendo el malamute de Alaska, barnés de montaña, border collie, bóxer, basenji, cairn terrier, golden retriever, perro de montaña de los pirineos, Jack Russell terrier, saluki, carlino, caniche enano y schnauzer miniatura.
«La soledad y el aislamiento provoca problemas de conducta en el perro, como la agresividad o la incapacidad para relacionarse con otros congéneres o personas”, según contó a BuenaVida el profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, que recomienda la integración del perro en el grupo familiar y el contacto diario con personas y otros animales. Eso ya se sabía.
¿Domesticación o genética?
No obstante, esta nueva evidencia sugiere que los perros tienen una condición genética que puede conducir a una motivación exagerada para buscar contacto social en comparación con los lobos.
Los resultados apuntan a que los genes GTF2I y GTF2IRD1 están conectados con la hipersociabilidad en perros, y que esta no se debe a una forma avanzada de cognición social desarrollada a causa de su domesticación, como se había creído hasta ahora.
Monique Udell, científica de la Oregon State University (EE UU) y co-autora principal del estudio, aseguró que estos hallazgos «proporcionan una nueva comprensión de la divergencia de comportamiento entre perros y lobos».
En el estudio, los investigadores evaluaron la sociabilidad de 18 perros domésticos de distintas razas y 10 lobos grises cautivos de diferentes continentes mediante dos tareas de resolución de problemas.
La primera consistía en abrir una caja con una salchicha dentro en dos minutos y con un humano presente. Los resultados mostraron que los perros eran más propensos a abandonar la tarea para mirar a la persona, mientras que los lobos solían persistir y resolverla, incluso con alguien cerca.
En la segunda prueba ocurrió algo parecido: sentaron a una persona dentro de un círculo, y levaron a cabo dos pruebas, la primera en una fase activa y la segunda, en otra pasiva.
Durante la fase activa, la persona llamó al animal por su nombre y alentó el contacto, y en la fase pasiva, se sentaron en silencio y lo ignoraron. El resultado: tanto perros como lobos se apresuraron a acercarse a la gente. Sin embargo, los lobos tendieron a alejarse después de unos segundos, mientras que los perros persistieron en intentar capturar la atención de los individuos, tanto familiares como desconocidos.
Los más sociables y portadores de la mutación genética resultaron ser: perro de montaña de Bernese, border collie, boxer, golden retriever, Jack Russell terrier, caniche miniatura y pug. En cambio, no buscaban la atención de los humanos los malamute de Alaska, los basenji, cairn terrier, perro de los Pirineos, schnauzer miniatura, saluki y perros semidomésticos. #Fuente el País