Redacción-La Sele de los «Chaparritos de Oro» es una de las mejores generaciones futbolistas que ha tenido nuestro país, comandados por jugadores como: Jorge «Palmareño» Solís, Jorge Cuty Monge y entre otros grandes jugadores más.
Para muchos costarricenses que lograron observar esta generación resaltan siempre la calidad técnica y juego colectivo que era de muy alta factura y asombraba a propios y a extraños cada vez que estos «Cracks» saltaban a la cancha.
La Selección de Costa Rica, conocida como los «Chaparritos de Oro», este sobrenombre se lo dieron los periodistas mexicanos de la época, esto se da por la altura promedio de los seleccionados costarricenses que era de 1.70 metros.
Ese combinado nacional solo tenía dos jugadores con mayor estatura del promedio, esos jugadores eran:Mario Flaco Pérez (1,84 metros) y Danilo Montero (1,80 metros) que eran las «torres» de aquella gloriosa selección nacional.
El equipo de todos los ticos se convirtió en la revelación del II Panamericano de Fútbol en México, que se llevó a cabo del 26 de febrero al 17 de marzo de 1956
La Tricolor, a cargo del entrenador Alfredo Chato Piedra, alcanzó seis victorias consecutivas sobre Aruba, Cuba, El Salvador, Guatemala, Curazao y Honduras, que llenó de alegría y felicidad a los seguidores del deporte rey en lo largo y ancho del país en 1955.
Se alcanzó el título de campeón invicto en el VII Campeonato Centroamericano y del Caribe de Futbol.
Esa camada de grandes jugadores fue la que sembró la semilla para que seis meses más tarde la nación consiguiera el tercer puesto en el II Panamericano de Futbol en México 1956, detrás de potencias como: Brasil y Argentina, y por encima de Perú, México(Local) y Chile.
Esa generación de jugadores que más tarde se convertirían en leyendas de nuestro fútbol como: Carlos «Aguilucho» Alvarado, Jorge Cuty Monge, Jorge «Palmareño» Solís, Mario «Catato» Cordero,Marvin Rodriguez y entre otros más que formaban un verdadero equipazo.
Jorge «Cuty» Monge fue a dichos juegos panamericanos con tan sólo 18 años pero eso no fue obstáculo para demostrar sus grandes cualidades en el terreno de juego y marcar cuatro anotaciones en el torneo.
En el equipo nacional habían: Ocho oficinistas, tres agentes, tres estudiantes, dos comerciantes, dos mecánicos, un contador, un electricista, un pintor y un empleado bancario,
La gran mayoría de los futbolistas tenían su ocupaciones, excepto:Édgar Quesada, Álvaro Murillo y Danilo Montero que en ese momento centraban sus esperanzas en terminar sus estudios.
Destacar que Costa Rica y Brasil fueron las únicas selecciones del campeonato que no tuvieron ni un sólo jugador expulsado y estás selecciones alcanzaron también el mejor promedio de asistencia con 110.446 aficionados en la inauguración del Estadio Universitario del Distrito Federal, ese juego terminó 1-1.
En esas recordadas presentaciones de la selección nacional, enamoraron a cientos de fanáticos alrededor de toda el área de Concacaf.
Uno de los más enamorados por el desempeño de los seleccionados ticos fue: José de la Paz Herrera o popularmente conocido como: Chelato Uclés, quién era un joven de 14 años, el día 28 de agosto de 1955, cuando empezó su admiración y aprecio por el balompié de tiquicia.
Chelato Uclés mencióno en una ocasión lo siguiente:
«El equipo de Costa Rica era una maquinita bien aceitada, que funcionaba colectivamente, con todas sus piezas bien ajustadas«
Este reconocido entrenador dirigió a los catrachos en el Mundial de España 1982.
Esta generación de los «Chaparritos de Oro» es una de las mejores junto con la de Brasil 2014.