Redacción- La Selección Nacional de Costa Rica cerró «con broche de oro» la «gira del ridículo por Europa» con una derrota de 1-0 ante Hungría, una selección descalificada del mundial.
En la primera parte, Costa Rica nuevamente mostraba un juego malo. El partido era trabado en la media cancha, ninguno de los dos planteles daba destellos de buen fútbol.
El encuentro parecía no sonreír a favor de Hungría en los 10 minutos iniciales. El técnico se vio obligado a realizar dos variantes por lesión, abandonaron Paulo Vinicius y Máté Pátkai e ingresaron Zsolt Korcsmar y Adám Nagy.
Los húngaros se adelantaron en el marcador en 37 minutos. Nemanja Nickolics puso el primero del encuentro, el delantero le robó la espalda a la defensa en un tiro libre, se coló entre los jugadores y remató de seguido para dejar estático a Leonel Moreira en el 1-0.
Luego del minuto 55, La Sele empezó a mejorar su juego ofensivo. Realizó tres llegadas de peligro que pusieron en apuros a la defensa húngara; sin embargo, los remates terminaron en las manos del meta Denes Dibusz.
La Tricolor lucía diferente en el campo, manejaba el balón en la mitad de la cancha, pero no conseguía armar la jugada y finalizarla de cara al arco.
Pese a ir atrás en el marcador, las primeras dos variantes de Óscar Ramírez fueron en defensa, metió a Calvo y a Oviedo, mientras que sacó a Duarte y Gamboa. En otras zonas remplazó a Wallace, Venegas y Colindres, haciendo ingresar a Ortíz, Segura y Bolaños al terreno de juego.
Los cambios no sirvieron a Costa Rica. Hungría no había hecho más que el gol en el duelo, no eran muy superiores a la Tricolor, pero el tanto de la primera parte se alargaba hasta el minuto 90.