Agencias – Las nuevas sanciones buscan, entre otras cosas, restringir buena parte del suministro de productos petroleros a Pyongyang y la repatriación de los norcoreanos que están trabajando en el extranjero y cuyos ingresos benefician al Gobierno del país.
Según EEUU, la resolución reducirá en un 89 % el acceso del régimen a gasolina, diesel y otros derivados del petróleo.
Además, incluye provisiones según las cuales el Consejo de Seguridad se compromete a recortar aún más el suministro de petróleo al país en caso de nuevos ensayos con misiles balísticos intercontinentales.
En lo que respecta a los trabajadores norcoreanos en el exterior, el texto requiere a todos los países expulsarlos en un plazo máximo de dos años.
Según Washington, casi 100.000 norcoreanos están trabajando fuera del país, en su mayoría en China y Rusia. EEUU asegura que los impuestos que Corea del Norte impone a esas personas generan al régimen más de 500 millones de dólares al año.
«Pyongyang ha elegido el camino del aislamiento», defendió inmediatamente después del voto la embajadora estadounidense, Nikki Haley.
Según subrayó, la resolución muestra que la comunidad internacional va a seguir respondiendo a las «acciones agresivas» de Kim con sanciones sin precedentes.
El objetivo de los castigos, insisten los promotores de la medida, es dificultar a las autoridades norcoreanas la financiación de sus programas armamentísticos y forzarle a negociar.