Redacción – Costa Rica se consolidó en los últimos tres años como un modelo de generación eléctrica renovable, basado en las cinco fuentes limpias de la matriz nacional: agua, geotermia, viento, biomasa y sol.

Entre el 1 de enero de 2014 y el 21 de diciembre de 2017, el país alcanzó y superó los 1.000 días de producción 100% limpia, según los datos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

La generación renovable pasó de significar 89,68% (9.075,13 GWh) del total nacional en 2014 a 99,68% (10.682,68 GWh) en 2017.

Debe tomarse en cuenta que 2014 fue un lapso bastante seco, lo que obligó a recurrir a fuentes térmicas en poco más de 10%. Sin embargo, en los siguientes años, se logró elevar el porcentaje de participación de energías renovables para llevarlo a casi 100%.

En 2015 el uso de energías renovables fue de 98,99% y para 2016 alcanzó 98,21%.

A su vez, Costa Rica mantiene en aumento la cantidad de días en que la electricidad proviene 100% de recursos renovables. Se pasó de 99 días en 2014 a 299 días en 2015, 271 días en 2016 y 334 días en 2017 (al 21 de diciembre), para sumar 1.003 desde 2014.

Estos más de 1.000 días de electricidad limpia y un promedio general cercano a 100% de generación renovable han convertido al país en un modelo internacional, que atrajo la atención de entidades como la organización francesa Ren21, que en su reporte de Renewables 2016-Global Status Report, ubicó a Costa Rica como el país con mayor participación de fuentes renovables en su matriz eléctrica. El documento recoge los datos disponibles para 131 países de los cinco continentes.

En este modelo, predomina el uso de la generación hidráulica, que aporta firmeza y regulación al sistema, permitiendo agregar fuentes variables, como la eólica y la solar. El agua se mantiene como el principal sostén del país, al pasar de representar 66% hace tres años a 77% en 2017. En este período, pasó de generar 6.717 GWh a 8.343 GWh.

La geotermia se mantiene como el segundo gran motor de la energía limpia del país, al acumular 12,6% de la generación entre 2014 y 2017.

La fuente eólica creció 60% en estos tres años. En 2014 contribuyó con 7,2%, mientras que en 2017 llega a 10,9%. Además, en cuanto a capacidad instalada (cantidad de megavatios que suman las plantas que utilizan viento) también se muestra como la de mayor desarrollo de la última década: creció 545%.

La biomasa se mantuvo en niveles similares, alrededor de 0,7% en este período, en tanto la energía solar todavía se muestra incipiente: pasó de 0,01% en 2014 a 0,02% en 2017.