Redacción- La Comisión Costarricense de Cooperación con la UNESCO pide a los padres encender una luz de alerta ante estas situaciones de vulnerabilidad de las personas menores de edad, para que no se sigan convirtiendo en víctimas de la criminalidad organizada que enfrenta el país.

A la vez lamentó todos los hechos de sangre ocurridos recientemente y en los cuales han estado involucrados adolescentes.

En el estudio  Análisis de los Homicidios Dolosos Vinculados a la Delincuencia Organizada  elaborado por Comisión Técnica Interinstitucional sobre Estadísticas de Convivencia y Seguridad Ciudadana (COMESCO), durante el 2015  y 2016, hubo en el país 252 homicidios por ajuste de cuentas, de los cuales 11 víctimas  tenían menos  de 17 años.

Este sábado 13 de enero asesinaron a dos hombres, uno de tan solo 16 años,  en Cot de Cartago, cuando viajaban en un vehículo y desde otro carro les dispararon.

Ocho días antes, un menor de 15 años fue asesinado mientras intentaba asaltar un supermercado en Puntarenas, el cómplice  en el atraco era  otro adolescente de 13 años.

En opinión de Rocío Solís, presidenta de la Comisión Costarricense de Cooperación con la UNESCO, esos jóvenes que han sido reclutados por bandas deberían estar en este momento, igual que la gran mayoría,  preparándose  para el retorno a las clases, con un proyecto de vida y planeando su futuro.

“La educación es un derecho del que gozan las personas menores de edad, los padres y madres tienen el deber de velar porque sus hijos estudien.  Es en las aulas donde ellos deben estar y no en la calle, expuestos a la tentación del dinero fácil. En los libros no solo está el futuro de los muchachos, sino también la paz y la seguridad de los países.” dijo.

Ella recomienda que más bien los  padres y madres estimulen a los estudiantes, para que empiecen este  año con nuevos aires y gran impulso;  y a los docentes les recordó  que tanto al inicio del curso lectivo como tras vacaciones de medio año,  en escuelas y colegios  deben monitorear las listas y el  ausentismo, llamar a las casas de los estudiantes que no se han incorporado, visitar los hogares, citar a los padres y en último caso, poner la denuncia ante el Patronato Nacional de la Infancia.

El año pasado, de los 923.920 estudiantes que al principio de año estaban matriculados en preescolar, primaria y secundaria, 14.606 (un 1,6%) se salieron del sistema educativo tras las vacaciones de medio año.

Según la última encuesta de Empleo Continuo del Instituto Nacional de Estadística y Censos, para el tercer trimestre del 2017, la cantidad de jóvenes entre 15 y 17 años que no trabajaba ni estudiaba, era de 28659.

Recientemente, las autoridades del OIJ manifestaron su preocupación por el crecimiento importante que está teniendo la delincuencia  juvenil,  y la agresividad, la violencia y planificación evidente en muchos casos que se investigan.

A la vez hicieron un llamado para que las familias, los centros educativos y todas las instituciones se unan para evitar que más niños y adolescentes sean reclutados por las bandas organizadas.