Redacción- Tres organizaciones criminales, dedicadas a la venta de drogas por menudeo en diferentes partes del país, fueron desarticuladas por la Policía de Control de Drogas (PCD).
Los operativos policiales se llevaron a cabo en diferentes puntos del territorio nacional y se logró la incautación de grandes cantidades de droga, así como la detención de varios miembros de las organizaciones.
La primera narcobanda fue desmantelada en Lotes Monjito de Paso Ancho, en San José. Un hombre de apellido Vásquez, de 28 años, es sospechoso de vender droga en su casa, en las cercanías de una escuela de la localidad.
Vásquez presentaba antecedentes judiciales por robo agravado. La investigación en su contra dio inicio el 14 de noviembre del 2017.
Otra investigación contra un grupo que presuntamente se dedicaba a la ilegal comercialización de drogas finalizó con la captura de un hombre de 60 años identificado como de apellido Sojo, quien estaría relacionado con un caso más.
Junto a Sojo operaba un hombre de apellido Espinoza, de 57 años, con antecedentes por venta de drogas, violación, infracción a la Ley de vagancia, delito indeterminado, homicidio tentativo, tenencia de drogas, infracción a la Ley de Psicotrópicos, hurto agravado, robo agravado. Además, se le relaciona con otra investigación.
También fue capturada una mujer de apellido Chinchilla, de 55 años.
Según el Ministerio de Seguridad Pública, esta banda desempeñaba sus actos ilícitos en una conflictiva zona caracterizada por la venta de droga, en las cercanías de una escuela en Concepción Abajo de Alajuelita.
En Pacuarito de Siquirres, en Limón, fue desorganizada por la policía la última agrupación, esta también se dedicaba a vender drogas en las cercanías de una escuela.
Como sospechosos, en este caso fueron detenidos dos hombres, uno de apellido Castrillo, nicaragüense, y Carrillo, costarricense, de 18 años, ambos sin antecedentes.
Al parecer, la venta operaba cerca de dos colegios y era visitada en su mayoría por jóvenes, lo cual provocaba desorden social, controversia entre los adictos y generaba problemas de drogas e inseguridad.
Según trascendió, los miembros de la organización operaban en sus casas de habitación y en un búnker, que utilizaban para eludir a las autoridades.