Redacción – ¿Puede un hombre tener un orgasmo con la única estimulación de la próstata? Al margen de experiencias personales, que pueden diferir mucho de un individuo a otro, la literatura médica no describe con precisión la activación y los mecanismos de los orgasmos prostáticos.
Un estudio publicado por la revista Clinical Anatomy, que recoge y analiza todo lo que se sabe sobre el orgasmo masculino, concluye que, de hecho, los orgasmos a través de la estimulación anal son mucho más intensos que los obtenidos a través de la única estimulación del pene.
¿Qué sucede durante un orgasmo?
La descripción clásica del orgasmo masculino inducida por el pene se caracteriza por presentar dos etapas diferenciadas. La primera etapa es iniciada por las contracciones de las vesículas seminales. Luego, tienen lugar las contracciones prostáticas. En esta etapa, el hombre tiene la sensación de que, inevitablemente, va a eyacular. La segunda etapa es aquella en la que el fluido seminal se dirige hacia la uretra.
La musculatura perineal impulsa al esperma a lo largo de la uretra para ser expulsados forzadamente, en diferentes fases de expulsión. Con cada expulsión, se produce una sensación de placer intenso que gradualmente disminuye a medida que la eyaculación cesa.
Aunque el orgasmo normalmente tiene lugar de forma conjunta con la eyaculación, los dos procesos son, de hecho, independientes.
Tal como se describe en el estudio, si las eyaculaciones son inducidas mecánicamente y carecen de contracciones pélvicas, tienen poco valor erótico; sin embargo, el intenso placer parece ser activado por la estimulación prostática incluso cuando no hay contracciones pélvicas para provocar la eyaculación del semen.
Por tanto, los hombres que practican la estimulación prostática mejorarían la calidad del placer sexual obtenido.
¿El ‘punto G’ masculino?
Investigadores han sugerido con anterioridad que este área de la pared rectal era similar al llamado ‘punto G’ de las mujeres, en el sentido de que activaba el orgasmo cuando era estimulado.
Ahora se sabe que ambas acepciones son anatómicamente incorrectas, pero son ampliamente utilizadas.
Respecto a la estimulación de la próstata, algunos tienen erecciones durante su estimulación mientras que otros, no. Un número considerable de hombres manifestó episodios extremos de sacudidas antes de que ocurrieran los orgasmos inducidos, y cuando lo hacen son infinitamente más agradables que los obtenidos mediante la estimulación del pene.
Sin embargo, no está claro el mecanismo exacto del placer anal. Algunos investigadores proponen que el la clave está en los nervios que pasan a lo largo de la superficie de la glándula (plexo prostático); otros, sugieren que se el placer se origina de la los nervios de la próstata misma.
Mientras, otros hablan sobre de ‘cableado’ del cerebro necesario para apreciar los efectos de la estimulación del órgano; es decir, que gracias a la plasticidad neuronal, el cerebro se adaptaría para experimentar las sensaciones de placer de esta zona.
La complejidad de la sexualidad humana ligada a la falta de investigaciones suficientes en esta línea hace que sea difícil obtener un estudio pormenorizado del placer masculino.
No obstante, no hay duda de que estimular la próstata a través de la pared rectal puede crear sensaciones de placer que son excepcionalmente intensas, a menudo superiores a las obtenidas mediante la estimulación del pene.
Por último, el estudio realiza una crítica: no ha estudiado lo suficientes del orgasmo masculino, dado que implicaría la inserción y estimulación rectal.
¿Por qué todavía no hemos obtenido imágenes del cerebro de los orgasmos estimulados por la próstata, de modo que podamos compararlos con los orgasmos del pene?
¿Quién liderará el desafío? Aún está por verse.