Redacción- Un pichón de perico era trasladado en la cajuela de un automóvil, el cual fue interceptado por la Fuerza Pública durante un control de carreteras en las cercanías de Filadelfia, Carrillo, Guanacaste.

De acuerdo con lo externado por Larson Alemán, subdirector de la Fuerza Pública de Guanacaste, el hombre viajaba de Liberia hacia el cantón de Santa Cruz, donde posiblemente iba a vender la pequeña ave.

Aunque aparentemente no había nada ilegal a bordo del auto, al revisar la cajuela los policías alcanzaron a escuchar los sonidos que apenas podía emitir el exhausto periquito, que iba dentro de una jaula, la cual iba oculta entre una gran cantidad de artículos que hacían aún más difícil la tarea de respirar del indefenso animal.

De inmediato los oficiales de la Fuerza Pública extrajeron al periquito de tan sofocante escondite y procedieron a darle agua, además de solicitar la dirección funcional al fiscal de turno de Liberia, quien ordenó detener al conductor, quien es de apellido Marchena, y remitirlo a la orden de la Fiscalía de Flagrancia de ese cantón.

Según indicó el comandante Alemán, el ave fue llevada a la delegación de Filadelfia, donde fue los policías lo alimentaron con bananos y le hicieron un nido para que pase la noche mientras se coordina su traslado a un centro de rescate animal ubicado en Santa Cruz.

Según la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, quienes comercien, negocien, trafiquen o trasieguen animales silvestres, sus productos y  sus derivados se exponen a penas de entre uno a tres años de cárcel.