Redacción- Tres nuevas grúas pórticas y 10 de patio se suman al proyecto de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM) para poner a Costa Rica a la cabeza de la región en materia de infraestructura portuaria.
Enviadas desde Shangái, China, estas grúas permitirán agilizar los procesos de embarque y desembarque de mercancías, así como la disminución sustancial en los costos de la cadena logística del transporte de contenedores.
Las grúas pórticas adquiridas por APM Terminales permitirán al país atender por primera vez barcos tipo Post-Panamax, con capacidad para transportar 8.500 contenedores o más. Cada una de ellas tiene un costo aproximado de $10 millones.
Estos equipos están dotados de tecnologías que les permitirán operar de manera ininterrumpida, bajo las diversas condiciones climáticas de Limón, y generar una productividad récord de más de 30 movimientos por hora de estiba y descarga.
Por su parte, las grúas de patio tienen un costo cercano a $1,8 millones cada una. Su función será el acomodo de los contenedores en la terminal para su almacenamiento o distribución.
De esta manera, la Terminal de Contenedores de Moín alcanza un 80% del total de su equipamiento. Aún está pendiente la llegada de un tercer embarque con las seis grúas de patio restantes. El buque que las transporta ya se encuentra en camino y se prevé que arribe en dos meses.
“Nuestros principales compromisos son dotar a Costa Rica con tecnologías portuarias de última generación y convertir a la Terminal de Contenedores de Moín no solo en el puerto más moderno de la región, sino también el más eficiente”, manifestó el director general de APM Terminals Costa Rica, Kenneth Waugh.
Siguiente paso
Una vez comisionadas las grúas, la TCM se preparará para el inicio de las pruebas no comerciales con barcos en el muelle. De este modo, se garantizará que todo el personal esté capacitado para iniciar operaciones en marzo del 2019.
Todos los equipos de la terminal se apegan al compromiso de APM Terminals de carbono neutralidad, por lo que generan mínimas emisiones de gases. Las grúas son eléctricas y no poseen sistemas hidráulicos, susceptibles a fugas de aceite y a una consecuente contaminación de las aguas.
El costo final de la construcción y el equipamiento de la terminal rondará $1 billón. El contrato establece que la concesionaria operará el proyecto hasta el 2048. Después de ese plazo, los bienes pasarán a manos del Estado costarricense.