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El aborto retenido, secuelas que marcan a las mujeres en medio de un riesgo mortal

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Imagen con fines ilustrativos

Redacción- Natalia Serrano vivió toda una pesadilla cuando, con tal solo 19 años, sufrió un aborto retenido (muerte del feto en el vientre de la madre).

Enterarse de su embarazo le provocó un  pánico incontrolable, sentía que no estaba preparada para ser madre a tan temprana edad. Pero ese sentimiento nunca se comparará con el dolor que experimentó al enterarse de la muerte de su bebé.

Si recibir una noticia tan devastadora como la perdida de su hijo fuera poco, Natalia tuvo que someterse a tres legrados para lograr expulsar los restos de su bebé; procedimientos que ella misma califica de traumatizantes.

«Aunque a uno le digan que no es nada, te están sacando a tú bebé, todas tus emociones te la destrozan y usted tiene que ser fuerte. Para la gente perder un bebé tan pequeñito no es nada, es como perder una billetera, la gente no sabe el valor que tiene para uno, es una vida que estas llevando adentro», expresó Serrano.

Un estudio realizado por la Asociación Demográfica Costarricense (ADC), en el año 2007, estimó que en Costa Rica se presentaban 27000 mil abortos provocados (inseguros) por año.  La información recolectada en la investigación se obtuvo a partir de encuestas realizadas a profesionales y centros de salud, así como entrevistas a mujeres que habían pasado por esta experiencia.

Asimismo, los hallazgos indicaron que de 11 633 abortos atendidos en centros de salud, solo 3550 eran espontáneos. Es decir que, los restantes 8 086 eran inducidos.

Hasta la fecha, no existen cifras exactas o estadísticas de cuantos abortos ( espontáneos o ilegales) ocurren en el país, además, las investigaciones en esta materia son escasas.

Un aborto espontáneo ocurre antes de las 20 semanas de embarazo y existen diferentes tipos: completo (expulsión completa del embrión), incompleto (retención de restos), retenido (muerte del feto dentro del cuerpo de la madre), o anembriónico (se percibe un saco embrionario sin embrión).

En el país, hay lineamientos establecidos sobre como tratar este tipo de abortos. Lo médicos analizan los casos y a partir del diagnóstico proceden a atender a las pacientes.

Según lo establece el Código Penal, un embarazo es inducido o provocado, solo si la vida o integridad de la madre está en peligro; sin embargo, no existe en el país una reglamentación sobre los protocolos o normas a seguir para practicar este tipo de procedimiento.

«Éticamente estamos formados para dar vida. A nivel terapeútico, si debería haber una legislación. Que yo decida si quiero seguir con mi embarazo por decisión propia, no estoy de acuerdo», expresó Andrea Navarro, ginecóloga obstetra.

Las complicaciones que puede sufrir una mujer al abortar contemplan: hemorragias, perforación uterina, retención de restos, endometritis (infección del útero); entre otras.

Existen diferentes factores de riesgo que pueden provocar un aborto esporádico: la desnutrición o bajo peso, la edad materna, historial de pérdida de un embarazo previo, fumado; entre otros. Las anormalidades cromosómicas y estructurales del útero son las causas más comunes de su desarrollo.

Natalia fue intervenida el 21 de diciembre del 2015, el legrado debía realizarse de forma inmediata. Al tratar de describir ese proceso su voz se quiebra, contener el llanto es imposible; sus ojos se tornan rojizos y en cuestión de segundos, las lágrimas recorren sus mejillas.

Recuerda que fue un momento de dolor e impotencia, un dolor que no puede describir con palabras. A simple vista, recordar lo sucedido destroza su corazón.

 

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