Redacción – Los líderes de diferentes sindicatos se encontraron al ministro de la Presidencia, Roldolfo Piza, caminando por la Asamblea Legislativa y decidieron encararlo para conversar asuntos importantes con respecto a la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, lo que llevó a una conversación bastante intensa entre ambas partes.
Según la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), Piza intentó ignorarlos pero ellos no lo permitieron.
«Aunque el ministro trató de ignorar a los sindicalistas, estos lo abordaron para cuestionarle porque no se detuvo el debate del proyecto 20.580, si desde que se sostuvieron reuniones previas con el Gobierno en agosto se planteó dicha posibilidad», afirmó el sindicato.
Incluso, en el vídeo captado por uno de los presentes se puede ver cómo Piza interrumpe a los representantes del gremio y uno de ellos le dice, de manera firme, «déjeme hablar».
El sindicalista le reprocha al ministro que, en la Junta de Pensiones del Magisterio (Jupema), le hicieron la propuesta de detener este proyecto pero ni Piza ni el presidente de la República, Carlos Alvarado, quisieron aceptar lo que se les planteó.
Por su parte, el jerarca recalcó que «ha oído todo tipo de insultos» -hacia él- pero que de su boca nunca ha salido una palabra negativa en contra de nadie.
«La delegación del gobierno le dijo a la prensa que habían secuestradores», le reprochó el sindicalista sobre el caso del Hospital San Juan de Dios.
A lo anterior, Piza volvió a decir que nunca ha dicho una palabra negativa sobre los protagonistas de este movimiento.
Los sindicalistas también le preguntaron al ministro qué opina sobre la prohibición contra los sindicatos al no dejarlos entrar al Congreso Legislativo, a lo que él dijo «pero yo los veo aquí adentro» -mientras ellos se referían al otro edificio- y después respondió: «yo no me meto en las decisiones de la Asamblea, ellos tendrán sus razones».
Piza asegura que «entiende los puntos de vista de los sindicatos» pero considera que ellos deben aprovechar las mesas de diálogo para estudiar las propuestas y llegar a una negociación, pues esa es la voluntad del gobierno.
Al final de la toma se aprecia cómo el jerarca intenta estrechar las manos para retirarse y no continuar discutiendo con el gremio.