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Emprendedor es premiado por producir combustible a partir de desechos plásticos

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Redacción- Unilever premió con 15.000 euros (US$17.053) de capital semilla al costarricense Germán Jiménez, cuyo talento innovador ha logrado transformar desechos plásticos y otros materiales en combustibles alternativos.

Jiménez participó de la competencia regional lanzada por primera vez este 2018, llamada Solá, organizada por Unilever con el objetivo de buscar emprendimientos transformadores para la gestión de recursos productivos, plataformas de negocios y el desarrollo de poblaciones en riesgo, entre otros retos de innovación.

Los participantes de Solá compitieron por recibir asesoría y mentoría de líderes de Unilever y del equipo de Alterna (organización guatemalteca especializada en cultivar emprendimientos); además de la oportunidad de ganar capital semilla y la posibilidad de formar parte de la cadena de valor de dicha empresa multinacional.

Jiménez fue el ganador del reto que recibió más de 300 aplicaciones de proyectos centroamericanos, de los cuales se eligió un primer bloque de 20 emprendedores con ideas disruptivas, que participaron en un taller de cultivación durante una semana.

La Gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Unilever para Centroamérica, Marina Rodríguez, aseguró que la compañía cree en el gran potencial de América Central y mediante Solá, se buscó ofrecer una plataforma donde los emprendedores regionales tuvieran espacio para exponer sus ideas y proyectos.

“La convocatoria de Solá fue bastante interesante, tuvimos la oportunidad de asistir a universidades, centros tecnológicos, aceleradoras e incubadoras de emprendimientos y también hicimos un llamado por medio de redes sociales. Fue una convocatoria bastante abierta, queríamos que cualquier persona con una idea innovadora fuera parte a Solá”, expresó.

Rodríguez reconoció que fue difícil llegar a los 20 finalistas y al ganador definitivo, y solo fue posible gracias al compromiso de Unilever con el reto de innovación, por medio de un involucramiento multidisciplinario de diferentes áreas de la compañía, que revisaron a profundidad los proyectos, hasta elegir al primer lugar.

“El proyecto de Balanced Energy nos llamó la atención desde el inicio, al cumplir con requisitos que estábamos buscando como una idea innovadora, disruptiva y con gran impacto para el medio ambiente. Nos emociona que incluso, podremos sumar este emprendimiento a la cadena de valor de la marca, sabemos que juntos podremos lograr algo transformador”, explicó Rodríguez.

El reto de innovación Solá se alinea con el Plan de Vida Sostenible de la marca, un compromiso lanzado en 2010, con el objetivo de hacer crecer la empresa a la vez que desvincula de su crecimiento, el impacto ambiental e incrementa el impacto social positivo.

Jiménez es un ingeniero químico que fundó su empresa, Balance Energy, hace aproximadamente  cuatro años, momento en que se retó a sí mismo a producir biodiesel desde otras fuentes económicas y después de una investigación de un par de meses identificó el proceso de cómo transformar el desecho de plástico en combustible alternativo, gracias a una tesis universitaria en Nueva Zelanda.

“El factor común entre los desechos plásticos y el combustible es que ambos vienen del petróleo, solo que toman rutas diferentes. Lo que nosotros hacemos con este desecho es que calentamos la molécula de plástico de 10.000 eslabones (donde se encuentra el petróleo a nivel molecular) y la  partimos en pedacitos que son idénticos en la composición química a la gasolina y el diesel, así es que básicamente tomamos un atajo, de volverlo a hacer petróleo y purificarlo para hacerlo un combustible que pueda funcionar en los vehículos”, explicó Jiménez.

Además, expresó que el rendimiento del proceso es bastante eficiente, pues aproximadamente de un kilogramo de desechos plásticos (un poco más de dos libras) rinde para la transformación de alrededor de un litro de combustible y con algunas fracciones también de gas, tipo propano, butano o metano, y carbón, que pueden usarse para cocina y procesos industriales, respectivamente.

El costo del proceso es también muy eficiente, admitió Jiménez, pues, inclusive, ese porcentaje de gas que resulta de cada purificación se usa para calentar el siguiente proceso, es decir, es autosuficiente desde el punto de vista energético. Traducido a costos, cada litro de gasolina transformado desde el desecho plástico costaría alrededor de 250 colones o US$ 0,42, versus los 600 colones que cuesta, en promedio, un litro de gasolina en Costa Rica en este momento.

Según Jiménez, con el capital semilla de los 15.000 euros y el proyecto piloto que están iniciando con la planta de alimentos de Unilever en Heredia, Balanced Energy se podría expandir de forma industrial, lo que les permitiría crecer a nivel nacional y ojalá en un futuro cercano, en toda Centroamérica.

En ese sentido, el combustible de Balance Energy se incorporará a la cadena de valor de Unilever, producido a partir de desechos plásticos y laminados de la empresa, en un principio, para abastecer a las cortadoras de zacate de las zonas verdes de la planta y, después, ya cuando se crezca a nivel  industrial, abastecería otros procesos industriales de la compañía

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