Minor Araya Salguero
Criminólogo – Exjefe OIJ
En 34 años de servicio, nunca había visto un ataque con una ballesta. Esto es totalmente impensable”. Palabras de asombro, según The Guardian, del jefe local de policía, Coronel Marcelo Salles. Y es que, aquel miércoles [13 de marzo, 2019] a eso de las 09:30 horas, dos jóvenes [25 y 27] inician una matanza, activa e indiscriminada utilizando varios tipos de armas “…un revólver, jet loaders –accesorio plástico que permite recargar la pistola con mayor rapidez-, un hacha, una ballesta, arco y flechas” (AMPrensa).
Ocho personas, incluyendo cinco niños de edad escolar fueron masacrados. Aún sus compañeros de escuela [Suzano, Sao Paulo, Brasil] lloran tal tragedia. El mundo civilizado apenas y trataba de digerir lo ocurrido en el gigante suramericano cuando, otro crimen masivo era anunciado esta vez, en Oceanía. El objetivo: Dos mezquitas situadas en la localidad de Christchurch, Nueva Zelanda…
Fueron 50 las personas a las cuales, otro maldito sociópata, arrebata cobardemente sus vidas; esta vez, según The Daily Beast, utilizando “cinco armas legalmente – al aparecer- adquiridas: Dos rifles de asalto semiautomáticos, dos escopetas y un rifle de acción palanca”. Mucad Ibrahim, de tan solo tres años de edad, fue la víctima más joven en este tiroteo masivo. A diferencia del caso anterior [Sao Paulo] en donde, los perpetradores se autoeliminan, el cobarde Tarrant huye para no enfrentar la policía. Actualmente está preso – sin eufemismos -.
“Tirador activo, ¿qué es eso…?” – me pregunta un agente judicial – y esto, esto si que me preocupó y ocupó – de nuevo -. Si bien, nadie lo sabe “todo”, un investigador judicial debe tratar de ser la excepción; perseguir el conocimiento, cualquiera que sea y hacerse de este, más aún, cuando el tema es inherente a la muy amplia materia policial. Tratemos entonces, de abordar este apasionante tema; uno ya de larga data. Con esto también, tal vez evitar que un experto vuelva a confundir el caso Unabomber con un tiroteo activo. El concepto terrorismo y sus antojadizos sesgos, podemos tratarlo en otra entrega a ustedes, respetables lectores.
“La violencia juvenil ha sido uno de los problemas más grandes de crimen que enfrentamos en este país.” – Janet Reno –
La cita es parte del discurso que hiciera la 78° Fiscal General de los Estados Unidos de América para la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) con motivo de la preocupación de su nación ante el incremento de la violencia juvenil, mayormente marcada en ese tiempo por el tiroteo en la secundaria Columbine, Colorado en 1999.
Años después, el mundo entero enfoca toda su atención en un complejo de cines situado en la localidad de Aurora, Denver Colorado. Ahí, en la madrugada del 20 de julio de 2012, mientras decenas de personas disfrutaban de aquel estreno [El caballero de la noche asciende] James Holmes, 24, súbitamente inicia su ataque homicida utilizando granadas de humo, un rifle de asalto semiautomático AR-15, una escopeta Remington 12 Gauge y dos pistolas semiautomáticas Glock, armas con las que finalmente pudo dar muerte a 12 seres humanos y herir a 58 más. Aquél que fuera un estudiante de medicina de la Universidad de Colorado, fue detenido por la policía y condenado luego, a cadena perpetua por sus horrendos actos.
La atrocidad que hiciera el cobarde Holmes tiene nombre y apellido, evidentemente es un homicidio múltiple; sin embargo, según su Modo de Operar, la comunidad policial-táctica norteamericana luego de la masacre de Columbine, a este tipo de crímenes los encasilla dentro de un nuevo concepto llamado Tirador Activo.
Compartiendo clase en el 2006 con personal de la Oficina del Sheriff del Condado de Doña Ana y el Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos (USDHS) conocí más a fondo sobre este tipo de fenómeno criminal que continúa produciendo severo daño a personas inocentes y peor aún, se ha venido extendiendo con el paso del tiempo por todo el mundo, convirtiéndolo en una amenaza social que todo país debe prevenir y combatir desde sus raíces.
El USDHS lo define: “Un tirador activo es un individuo involucrado activamente en la tarea de matar o intentar matar a otras personas que se encuentran en un área restringida y llena de gente; en la mayoría de los casos, los tiradores activos usan armas de fuego, y no tienen un patrón o método para seleccionar a las víctimas.” Por otro lado, la Oficina Contra el Terrorismo del Departamento de Policía de la Ciudad New York (NYPD-CTB) ha limitado esta definición de manera que “solo se incluyen aquellos casos en que la acción dañina se extiende más allá de una víctima seleccionada, a otras.”.
Los ataques de un tirador activo se consideran eventos dinámicos que se desarrollan en cualquier sitio, en cualquier momento y por cualquier persona en donde, el tiempo es el peor enemigo de la policía, su peor obstáculo en virtud de que el acto funesto se lleva a cabo en un ambiente de rápido y continuo deterioro. La reacción de la policía, ante una llamada que alerta sobre un incidente de tirador activo, yo la podría comparar como “una carrera desesperada por detener el reloj de la muerte”.
Para muchos costarricenses este tipo de amenaza es totalmente desconocido, algunos lo aíslan relacionándolo únicamente con ambientes académicos propios de los centros educativos norteamericanos. Se ignora sobre sus múltiples causas y su engorroso tratamiento preventivo y represivo, peor aún, muy probablemente se piense que nuestro país es inmune a este tipo de peste, pero no es así:
Algunos antecedentes internacionales de notoriedad.
1. University of Texas campus. Austin Texas. Agosto 1 1966. Charles Joseph Whitman 25. Estudiante de ingeniería y exinfante de marina, abre fuego desde una torre de observación hacia la plaza del campus universitario, utilizando 2 rifles de alto poder .30-06, una escopeta recortada y un revólver .357 magnum, mata a 13 personas, hiriendo a 31 antes de que la policía le matara.
2. Columbine High School. Littleton Colorado. Abril 20 1999. Erick Harris 18 y Dylan Klebold 17, estudiantes, abrieron fuego en la instalación educativa matando a 12 compañeros e hiriendo a 24 más con 2 escopetas recortadas, una pistola Tec-9 y otra desconocida. El suicidio fue la resolución.
3. Virginia Polytechnic Institute. Blacksburg Virginia. Abril 16 2007. Seung-Hui Cho 23. El estudiante abre fuego con dos armas cortas calibres .22 y 9mm en varias locaciones internas del complejo educativo, dando muerte a 32 personas e hiriendo a 20 más antes de cometer suicidio. Cho tenía antecedentes de problemas mentales y de comportamiento.
4. Westroads Mall. Omaha Nebraska. Diciembre 5 2007. Robert Hawkins 19. Utilizando un fusil de asalto AK-47 mata a 8 personas, hiriendo a otras 5 antes de cometer suicidio. Hawkins estaba furioso al perder su trabajo y “quebrar” con su novia antes del ataque.
5. McDonald´s. San Isidro California. Julio 18 1984. James Huberty 41. El tirador ingresó al restaurante vestido con camuflaje y utilizando una subametralladora UZI, una escopeta y una arma corta, abrió fuego contra los presentes, matando a 21 e hiriendo a 19 más antes de que la policía terminara con él.
6. Las Vegas. Nevada. Octubre 1, 2017. Stephen Paddock 64. La peor masacre en los Estados Unidos desde los atentados de septiembre 11. Disparó más de 1100 balas contra la multitud – que disfruta de un concierto – desde su habitación en el 32º piso del hotel Mandalay Bay [a 360 metros de la multitud]. El cobarde Paddock utiliza 24 armas de fuego [8 rifles de asalto AR10 y 14 AR15; un rifle de acción de cerrojo .308 cal; un revólver .38 cal] para finalmente acabar – en diez minutos aproximadamente – con la vida de 59 personas, dejando a otras 851 heridas, antes de acabar con su miserable vida.
Síntesis sobre análisis realizado a 308 casos registrados por la NYPD-CTB (1966-2016).
1. Únicamente 11 de 308 casos involucran mujeres como sospechosas (3%). El 97% de los casos, son perpetrados por hombres.
2. Edades entre los 15 y los 19 años son el pico más alto en centros educativos, mientras en otro tipo de instalaciones lo son entre 35 y 44 años.
3. El 97% de los casos registrados fue perpetrado por un solo atacante.
4. En su gran mayoría, los ataques son planeados.
5. En el 37% de los ataques, el tirador utiliza más de una arma.
6. En muchos casos (centros educativos), el atacante utilizó armamento robado a sus padres o amigos.
7. Relación del atacante y su blanco u objetivo: 32% profesional; 19% académico; 6% familiar; 9% otro tipo; 34% ningún tipo. El 66% de los tiradores tiene una relación profesional, académica o familiar con sus víctimas.
8. Cantidad de pérdidas porcentuales (daño físico a inocentes víctimas): 2 es la media y 3 el porcentaje de muertes registrado; por otro lado es 2 la media y 3.9 el porcentaje de heridos en casos que involucran tiradores activos.
9. Tipo de lugar o ubicación [397 lugares]: escuelas 83 casos (22%); edificio de oficinas 36 casos (9%); comercial 93 casos (23%); fábricas/almacenes 38 casos (10%); otros lugares 147 casos (37%).
10. Resolución policial: fuerza aplicada 138 casos (45%); no aplicación de fuerza 52 casos (17%); suicidio/tentativa de suicidio 117 casos (38%); atacante huyó 1 caso (<1%).
Como si fuera poco, los especialistas en mención destacan 78 incidentes analizados desde los cuales, resaltan otras tendencias que se sustraen desde el año 2013 al 2016:
1. El 24% de los atacantes demostró entrenamiento táctico y conciencia.
2. El 17% de los atacantes se dirigieron a personal policial o militar.
3. Al menos el 23% de los atacantes se inspiraron en situaciones o ideologías de tiradores activos anteriores; defendían violentos tiroteos como un medio de apoyo para su movimiento.
4. Al menos el 15% de los atacantes indicaron un ataque inminente en cualquiera de sus redes sociales; redes, que incluyen pero no se limitan a Facebook, Twitter, blogs, foros y YouTube.
5. El 42% de los atacantes llevaba más de una arma. En general, los atacantes prefirieron el uso de pistolas sobre otras armas.
6. El 19% de los atacantes utilizaron armaduras durante su ataque.
7. El 6% de los ataques llevó a una situación de barricada, y en solo el 4% de los casos, el atacante tomó rehenes.
Países afectados por el fenómeno desde 1966 al 2016 (417 casos) según estudio de NYPD-CTB.
Estados Unidos 350; Canadá 9; Alemania 8; Australia 5; Reino Unido 4; Israel 3; Finlandia 2; India 2; Argentina 1; Austria 1; Bosnia 1; Dinamarca 1; Egipto 1; Francia 5; Grecia 1; Italia 2; Holanda 2; Eslovaquia 1; Somalia 1; Suecia 1; Tailandia 1; Yemen 1; Bélgica 2; Túnez 2; Corea del Sur 2; Rusia 1; Pakistán 1; Brasil 1; Noruega 1; España 1; Suiza 1; Kenia 1; Austria 1; Burkina Faso 1.
Sin duda alguna, se ofrece información rica y apta para un proceso de análisis y decisión no solo para nuestras autoridades de policía, también para los responsables de la seguridad privada de nuestro país; sistema de seguridad privada y propietarios o representantes de instalaciones de acceso al público.
Antecedentes nacionales – según mi criterio – casos de Tirador Activo.
1. Embajada de Chile. San José Costa Rica. Julio 27 2004. Orlando Jiménez Jiménez 54. Policía asignado a seguridad de la Embajada de Chile, en apariencia, enojado por recibir órdenes de traslado de puesto, con un fusil de asalto automático M16 mata a 3 personas. Siete más pudieron salvarse al encerrarse y bloquear la entrada a una oficina que convirtieron en su refugio y cuya puerta, se dice, fue objeto de disparos por el tirador, el cual opta por dispararse a sí mismo en la cabeza.
2. Terminal de Buses Caribeños. San José Costa Rica. Septiembre 1 2009. Gustavo Sojo Rojas 38. Oficial de seguridad privado que utilizando una arma corta calibre .380 abrió fuego contra los empleados de una sucursal bancaria estatal, logrando herir a una mujer. Su enojo pudo deberse a una llamada telefónica previa. Fue reducido a la impotencia por transeúntes.
“El tiempo, en un evento de Tirador Activo, es el peor enemigo de la policía. Es simple, se trata con un ambiente en rápido deterioro” – M. Araya –
No costarricenses, si ustedes piensan que Costa Rica ha sido o bien, será la excepción como blanco accesible a este tipo de criminalidad, su criterio podría ser hasta ingenuo. Ni Fort Hood [Killeen, Texas] en 2009 se salvó en sufrir el feroz ataque de uno “de su misma camada”. Nidal Hasan, 48, quien utilizando una pistola FN Five seven dio – indiscriminadamente – muerte a 13 personas, hiriendo a otras 32, sus compañeros soldados. Actualmente recluido, Hasan espera el próximo 5 de mayo 2019, fecha agendada para su ejecución.
Y, si usted cree que por ser un Banco [público o privado] un lugar cuyo administrador, natural y necesariamente se ocupa de la protección de sus empleados y clientes por cuanto, se presume per se, un riesgo de ataque criminal en cualquier momento, me temo que de igual forma, se estaría al margen de una triste realidad. El tirador activo planea, por lo general, sus matanzas y los Bancos no han sido la excepción. Lo “impensable” es probable…
La mañana del 6 de septiembre de 2018, los clientes del Fifth Third Center [Cincinnati] tuvieron una visita “impensable”. Omar Santa Pérez, 29, antes de ser neutralizado por la policía logra dar muerte a tres personas y herir a dos más en la instalación financiera [el lobby de un edificio de 30 pisos].
Omar Santa, disparó a los indefensos clientes 35 balas calibre 9 milímetros [portaba más de 200 municiones] hasta que su arma corta [pistola] sufre mal función. “Él pudo haber matado cerca de 100 personas” (Cincinnati.com) de no ser por la rápida y efectiva respuesta policial. El tirador no era ni fue empleado del Banco; una de las razones por las cuales, el motivo aún es desconocido a pesar de los desórdenes de comportamiento relacionados con el homicida.
En efecto, lo que fue invaluable y sí, casi “impensable” en este caso fue el tiempo de respuesta de la policía. Varios agentes circulaban – por coincidencia – sobre la calle frente al edificio en cuestión; escucharon los primeros disparos y lograron acudir al sitio y enfrentar al violento hombre en tiempo y forma encomiable y hasta milagrosa ya que, los miembros de la seguridad del Banco estaban desarmados, tratando de sobrevivir. Vale “su peso en oro” determinar la cronología policial:
1.- A las 09:06 [el tirador da inicio al tiroteo en el lobby del Fifth Third Center in Fountain Square].
2.- A las 09:07 [el servicio de emergencias 911 recibe la alerta de tiroteo en el Fifth Third Center].
3.- De las 09:07 a las 09:10 [la policía arriba a la escena intercambiando disparos con el tirador activo].
4.- A las 09:10 [el tirador es herido y deshabilitado].
5.- A las 09:15 [la policía declara la escena, como segura].
Ahora bien, sería ingenuo también y hasta presuntuoso pensar que, hasta hoy el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) [máximo responsable de la seguridad del país] y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) [responsable de la respuesta represiva; investigación criminal] conocen de los extremos de la amenaza supra. Siendo que ambas instituciones han sido advertidas a través, de al menos, un medio de comunicación escrita [Diario Extra] – año 2012 – entonces, ¿Qué han hecho al respecto…?
¿Tienen nuestros centros comerciales, nuestros hospitales, nuestros bancos, nuestras universidades, un sistema de seguridad con capacidad de prever, enfrentar y neutralizar a un tirador activo? ¿Qué medidas ha tomado, por un ejemplo, la Comisión de Seguridad Bancaria de Costa Rica a efecto de obstaculizar ataques homicidas indiscriminados y activos hacia sus clientes y empleados…? De no haberse hecho lo necesario o nada al respecto, ya es hora y así en un futuro – quizá cercano – no derramar “lágrimas de cocodrilo” ante las cámaras de televisión..
Por último: Recomendaciones generales ante una amenaza inminente de Tirador Activo a su alrededor.
Si usted es alertado sobre un tirador activo en su proximidad, prioritariamente:
1. Evacue: Los ocupantes de una instalación deben evacuarla, si es seguro hacerlo; los evacuados deben dejar todas sus pertenencias; visualizar por completo la ruta de escape escogida antes de iniciar el movimiento; evite utilizar elevadores y escaleras eléctricas.
2. Escóndase: Si evacuar no es posible, busque un escondite seguro (preferiblemente un área refugio), asegure la puerta, bloquee la puerta con objetos pesados, cubra las ventanas, apague las luces, silencie todo dispositivo electrónico, permanezca en el suelo y en silencio total.
3. Defiéndase: Si la evacuación del edificio y la búsqueda de un escondite seguro no es posible y su integridad física está inevitablemente expuesta a la agresión del tirador activo, inicie una pelea por su vida tratando de interrumpir o incapacitar al agresor con cualquier medio a su alcance, desde gritar y lanzar objetos hasta utilizar cualquier medio letal que neutralice al cobarde atacante.
Que no se diga, que no se dijo; porque Costa Rica lo vale. Esta vez, es un importante medio de comunicación digital [AMPrensa] el que transmite el mensaje; uno necesario como imperfecto que trata de evitar un daño mayor haciendo quizá, un diminuto aporte. Porque la seguridad ciudadana es asunto, es responsabilidad de todos.
Especial agradecimiento al Dr. Thomas C Mijares [Catedrático de la Universidad Estatal de Texas] y a Marcus Wall [Especialista SWAT, Houston Texas] por los valiosos aportes al presente artículo.
Un aporte más de la calidad a la que nos tenés acostumbrados. Ahora bien, la pregunta del millón es: ¿están preparadas para un evento de tirador activo, las fuerzas policiales de nuestro país? ¿Están preparadas las instituciones de respuesta a emergencias médicas? Se que tanto el SERT como la UEI, lo están; lo ignoro con respecto a la UEA y la UIP. Pero, ¿esas unidades especiales han realizado simulacros de entrenamiento conjunto para esos eventos? Son muchas las variables que hay que tomar en cuenta para preparar las tácticas de despliegue e intervención, para que se deje a la ‘mano de Dios’ la respuesta a un hipotético evento de tirador activo. Empecemos por los planos de edificios públicos, así como diagramas de espacios abiertos (parques, plazas), para establecer de antemano protocolos de evacuación y definición de avenidas de ataque y de medios necesarios para el aisamiento y contención de la zona. Ojalá que como dije antes, no nos agarren con los pantalones abajo.
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