Redacción – El entrenador del Saprissa, Walter Centeno Corea, se ha convertido en los últimos años en una persona que vive más en lo espiritual que en la vanidad, la cual lo caracterizó en sus días como jugador.
Centeno vive un gran momento en el torneo con el Monstruo y está a las puertas de clasificar a la final de la segunda ronda, aunque eso sí, tiene claro que deberán dejarlo todo ante Pérez Zeledón.
Paté ha vivido un cambió en su vida desde el que se retiró del fútbol hace siete años, se ha acercado más a Dios y que ya no tiene la misma personalidad cuando era jugador.
En sus días como jugador era un tipo lleno de egos, para ir en busca del éxito. A pesar que el escuchaba comentarios de la gente, nunca hizo caso, hasta que se llevó un golpe en la cabeza.
La vida después del fútbol hizo cambiar al Rey Paté, que expresó lo siguiente sobre su cambio de vida, donde ya nada lo afana y también reveló como maneja la ansiedad previo a los juegos.
«En estos siete años aprendí a dejar el afán, ya nada me afana, vivo tranquilo, el día a día, leo mucho y me olvidé de las vanidades, yo creo que soy una persona que vive más en lo espiritual que en la vanidad.
Cada día va llevar su propio propósito y he aprendido, a como puedo estar aquí, puedo estar en otra situación, cuando estuve con Grecia estuve eliminado y entonces di gracias.
Ahora me toca darle gracias a Dios y esperar el momento que se da la oportunidad de jugar una final, sino se da seguir sin afán y cuando uno quiere vivir la vida a su manera, se complica.
Para controlar la ansiedad me pongo a leer, alimentarme mentalmente, mantengo la calma, dedicarme tiempo para mí y me tomó un café, es la forma que uso».
Foto: Prensa Saprissa
Walter tiene claro que su «nueva versión» se debe gracias al acercamiento que ha tenido con Dios, que le ayudado dar gracias todos los días y vivir el día a día al máximo.
Morados y sureños sacarán chispas este miércoles en el Estadio Ricardo Saprissa Aymá, que lucirá sus mejores galas para este crucial compromiso a las 8:00 de la noche.
