- El 4 de diciembre de 2018 se realizó la primera graduación de este proyecto
Redacción- Un grupo de residentes de la Unidad de Atención Integral Reinaldo Villalobos Zúñiga, en San Rafael de Alajuela, desarrollan habilidades para la sana convivencia, como parte del proyecto UNA cultura de paz.
Nuevas masculinidades, control de emociones y afectividad son algunos de los temas en los que se capacitan privados de libertad, con miras a dejar atrás las formas de interacción violenta y fortalecer sus capacidades para relacionarse empáticamente.
“La sociedad costarricense como un todo debe dar respuesta a la reinserción real de la población privada de libertad. Es por eso que el trabajo que realizamos se orienta precisamente a dar las herramientas a la población privada de libertad para poder lograr esa reinserción real”, afirmó Roberto Rojas, decano del Centro de Estudios Generales de la UNA.
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El proyecto UNA cultura de paz:» abordaje ludopedagógico con personas privadas de libertad” es parte de un amplio y continuado trabajo que viene realizando el Centro para incentivar la cultura de paz, fundamentado en el nuevo humanismo, cuyos frutos están a la vista.
Uno de los frutos más recientes es la graduación de 48 residentes de la Unidad de Atención Integral Reinaldo Villalobos Zúñiga, el pasado 26 de junio, luego de concluir con éxito un proceso de aprendizaje -basado en un abordaje ludopedagógico-, que les abrió la oportunidad para construir herramientas y habilidades favorecedoras de la convivencia pacífica.
En este evento participaron Patricia Mora, ministra de la Condición de la Mujer; Viviana Boza, viceministra de Justicia y Paz; Carolina Hidalgo, diputada; Carlos Brenes, director del Centro Penitenciario; Yadira Cerdas, vicerrectora de Extensión de la UNA; José Matarrita, director del Área de Formación Humanística de la UTN y Marco Feoli, coordinador del proyecto por parte del Centro de Estudios Generales (CEG). Además, familiares y amistades acompañaron y apoyaron a los privados de libertad que obtenían su certificado, el cual se convierte en un símbolo de los pasos que emprenden para dejar atrás la violencia.
Ya el 4 de diciembre de 2018, se realizó la primera graduación de este proyecto, con la participación de 54 residentes de la misma unidad de atención integral.
Esta iniciativa, que lleva adelante un equipo interdisciplinario de la UNA y la UTN, reafirma el compromiso de la Universidad Pública con la construcción de una sociedad más equitativa y pacífica, en este caso, mediante la prevención de la violencia, al brindar herramientas a quienes han delinquido para que su proceso de reintegración social pueda ser exitoso y se evite el riesgo de la reincidencia.