Redacción – Este pasado viernes se dio a conocer la muerte del expresidente morado, Jorge Vergara, que fue uno los artífices mayoritarios en convertir al Monstruo en un gigante de Concacaf.
Su legado será eterno en la institución morada, la cual salvó de la quiebra a principios de los 2000. El azteca llegó como un salvador a rescatar a un club moribundo en aquel momento.
La compra oficial del Saprissa la realizó el mexicano en el 2003; sin saber que años más tarde convertiría al Monstruo en uno de los clubes más populares de la región.
Su administración fue muy exitosa y de la mano de dos piedas angulares en aquel tiempo, Jorge Alarcón y Hernán Medford, llevaron a los morados a la cúspide.
Los objetivos que planteó en Saprissa fueron los mismos que Chivas de Guadalajara: ganar y ganar. En ambos clubes se trabajaba seriamente y de una manera similar.
En las escuadra mexicano no pudo conseguir lo mismo que logró con el conjunto tico, donde sí lo logró llevarlo hasta lo más alto y sobretodo logró darle grandes alegrías a los morados.
Con el Saprissa obtuvo siete títulos nacionales, una Copa de Campeones de Concacaf, dos subcampeonatos de la misma y un tercer lugar en el Mundial de Clubes de Japón 2005.
El Deportivo Saprissa terminó en el tercer puesto del único mundial de clubes que ha disputado hasta ahora.
Todas esas gestas las consiguió con solo jugadores costarricenses, algo que habla muy bien del gran trabajo realizado por todos los que formaban parte de la institución.
Hombres como Wálter Centeno, José Luis López, Alonso Solís, Allan Alemán, Víctor Cordero y entre otros más, formaron parte de la exitosa época del club.
Además, de esas grandes hazañas no se puede olvidar jamás una de sus frases más épicas en su administración: «El significado de Saprissa no está en el diccionario, está en el alma».Foto: Prensa Saprissa.
Sin dudas que su nombre quedará en la memoria de los saprissistas. Su muerte fue dada a conocer Amaury Vergara, hijo del jerarca morado, que le dio el poder de sus negocios a su retoño.
