- Tortuga se veía exhausta de nadar con el pesado artefacto
Redacción – Por culpa de la especie humana que constantemente contamina el entorno natural, una tortuga estaba agotada de intentar nadar con un pesado estañón atado a su aleta derecha el pasado domingo.
En las imágenes se ve que la tortuga lucha por sobrevivir en mar abierto, pues tenía que cargar con un estañón de gran tamaño.
Afortunadamente, la tortuga pudo ser salvada de una trágica y lenta muerte gracias a la rápida respuesta de los oficiales del Servicio Nacional de Guardacostas.
Los héroes de esta historia son agentes Minor Mendoza y Pablo Bravo, quienes se lanzaron al mar y, tras fuertes brazadas, se acercaron sigilosamente para determinar que se trataba de un angustiado animal que flotaba a duras penas, luchando por sobrevivir, agotado ya, tras seguramente durante horas en medio de un océano hostil y peligroso.
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Lo que parecía ser un “simple bulto” resultó ser una tortuga de gran tamaño que arrastraba un estañón de plástico de color azul.
Desafortunadamente, estaba atado con cuerda a su aleta derecha.
«La angustia del reptil era más que evidente. De no haber topado con los Guardacostas, convertidos en sus salvadores, en su regalo de Navidad, definitivamente habría perecido», relataron desde el Ministerio de Seguridad Pública.
Los oficiales lograron quitarle el pesado estañón y, tras corroborar que la tortuga podía seguir por sus propios medios, la dejaron ir a su hábitat.
Tras el heróico rescate, la tortuga se marchó lentamente y, poco a poco, su caparazón desapareció en las apacibles aguas del Pacífico.
Esta situación se registró en el sector de Salsipuedes, en la Península de Osa, donde oficiales patrullaban a bordo de la SG-110-2.
