Redacción- Estudios internacionales indican que las mujeres embarazadas no parecen tener un mayor riesgo de infección con el virus o de tener síntomas más graves que la población general.
Así lo señalan los datos disponibles sobre la infección por este virus y la enfermedad que causa (COVID-19) durante el embarazo.
Según la clínica de Fertilidad IVI en España, el contagio por el virus SARS-CoV-2 y los otros Coronavirus similares, se produce a través de la unión del virus con receptores en las células respiratorias o intestinales y hasta el momento, el virus no se ha encontrado en muestras de semen y es poco probable que se encuentre en óvulos.
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Se define como infertilidad a la incapacidad de concebir después de 12 meses de relaciones sexuales regulares sin protección en mujeres menores de 35 años o bien, después de los 6 meses cuando se trata de mujeres mayores de 35 años.
Respecto al seguimiento y aplicación de los tratamientos de fertilidad durante pandemia, el doctor Mynor Álvarez, Gerente Médico de Merck indica “Cuando se recurre a un método de reproducción asistida, el tiempo es crucial, por lo que, según el diagnóstico, existen parejas que no pueden aplazar demasiado la aplicación, porque podrían tener consecuencias desfavorables”.
El doctor Álvarez recomienda mantener constante comunicación con su centro de fertilidad para que el especialista pueda seguir cada caso y sugerir a la pareja esperar o bien, continuar con el plan.
Con relación a la atención de la salud sexual y reproductiva, la Organización Mundial de la Salud ha indicado que deben respetarse estos derechos, a pesar de la pandemia. Así mismo, publicó una guía provisional sobre el manejo clínico de la infección respiratoria
en mujeres embarazadas.
Algunos de los puntos destacados son:
Las mujeres embarazadas deben tomar las mismas precauciones que el resto de la población para evitar el contagio del virus.
Ante la aparición de fiebre, tos o dificultad para respirar, se debe buscar enseguida asistencia médica.
Antes de acudir a un centro médico es necesario coordinar con su médico para establecer si es adecuado abordar las consultas por teléfono.
Hasta el momento, no se ha detectado al virus activo en muestras de líquido amniótico o leche materna.
Por lo que se desconoce si el virus puede transferirse al bebé durante el embarazo o el parto.
Según la OMS hasta la fecha no se ha revelado la transmisión de SARS-CoV-2 a través de la leche materna ni el amamantamiento, por lo que no existen motivos para evitar la lactancia ni interrumpirla.
Las mujeres con sospechas o confirmación de infección por SARS-CoV-2 pueden amamantar si lo desean, aplicando las siguientes medidas:
Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con un gel hidroalcohólico, especialmente antes de tocar al bebé.
Utilizar una mascarilla médica durante todo contacto, en particular mientras lo amamanta.
Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser y desecharlo. Inmediatamente lavarse las manos.
Limpiar y desinfectar sistemáticamente todas las superficies que se toquen.
Es importante sustituir la mascarilla médica en cuanto empiece a humedecerse y desecharla inmediatamente. No se debe reutilizar la mascarilla ni tocar su parte frontal. 6
Pese a que cada año nacen 15 millones de bebés en el mundo, se estima que el 9% de la población mundial tiene dificultades para concebir.
Por iniciativa de la Asociación Americana de Fertilidad en junio se celebra el Mes Internacional de la Fertilidad el cual, tiene como objetivo educar sobre la importancia de
la planificación reproductiva y concientizar, respecto a los factores que pueden causar
infertilidad.
Derivado de la pandemia, durante varias semanas las clínicas de fertilidad permanecieron cerradas en varios países, sin embargo, algunas ya comenzaron a retomar sus actividades de control prenatal y tratamientos de fertilidad.