Redacción- En la lengua bribri, Kaneblok ñita significa “trabajar unidos”. No es casualidad que este sea el nombre que dé vida a la primera cooperativa de base universitaria que se fundará en Alta Talamanca con el apoyo de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), pues habitantes de ese territorio abogan por esfuerzos conjuntos para alcanzar mejores condiciones de vida.

Para lograr este objetivo fue conformado un grupo con estudiantes y emprendedores interesados en integrar una cooperativa para ejecutar acciones que generen una mejor calidad de vida para las personas habitantes de Talamanca, con la guía de la UNED. De ahí el nombre que recibirá la primera cooperativa de base universitaria, en territorio indígena.

El programa “Creación de empresas asociativas de base universitaria” arrancó este año en diferentes territorios del país, entre ellos San Vito, Buenos Aires, Santa Cruz, Guápiles, Sarapiquí y Liberia, entre otros.

El fin es dotar a estudiantes y personas graduadas del conocimiento para impulsar cooperativas que dinamicen las economías locales.


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Enilda Marín Loaiza es residente de Alta Talamanca y para cubrir las necesidades básicas de su familia ha llevado adelante varios emprendimientos, entre ellos la venta de chocolate casero, banano, pan y otros. Su nombre aparece en la lista de personas estudiantes y personas emprendedoras que dieron el primer paso para la conformación de la cooperativa.

“Nunca he participado en una cooperativa, pienso que es muy importante aprovecharlo ya que brinda la ayuda para que nuestro producto sobresalga”, señaló Marín Loaiza, madre Cheylin Mora Marín, estudiante de Educación General Básica l y ll Ciclo en la UNED Talamanca, única sede universitaria en territorio indígena.

“Espero que todas las personas incluidas aprovechemos al máximo esta oportunidad y que sea de gran ayuda para nuestro beneficio económico y aprender los procesos de una cooperativa. Me considero luchadora, vendo cacao, hago chocolate casero, hago budín de banano, vendo banano, además de mantener animales”, agregó.

Lilliam Marbelly Vargas Urbina, administradora de la UNED Talamanca, dijo que “el beneficio para la comunidad es muy grande. Siempre hemos trabajado en generar encadenamientos productivos. Nuestra estrategia como sede es tomar todo este recurso, toda nuestra experiencia para fortalecer este nuevo camino con emprendedores del territorio y que ellos puedan alcanzar el éxito en sus emprendimientos”.

Con un importante acompañamiento académico desde la Escuela de Ciencias de la Administración (ECA) y las sedes de la UNED, el programa permite a estudiantes, egresados, productores y emprendedores de las comunidades establecer alianzas, complementar sus conocimientos y asociarse mediante formas cooperativas.

En los últimos seis meses, la UNED ha impulsado la creación de más de 14 cooperativas de base universitaria en el país y ha promovido la recuperación activa de cooperativas en diferentes regiones.

A juicio del rector de la UNED, Rodrigo Arias Camacho, el modelo asociativo cobra mayor preponderancia en momentos en que las consecuencias económicas y sociales del COVID-19 amenazan la estabilidad de cientos de familias con el desempleo y afectan al sector comercial y empresarial, haciéndose necesaria la reactivación económica.

“De esta forma estamos aportando al desarrollo de las comunidades, a la generación de fuentes de empleo. Aportamos a la canalización de las capacidades territoriales con el propósito de que puedan unirse y complementarse para ponerse al servicio de la productividad y al desarrollo más integral de las distintas zonas del país”, agregó.

Conforme avancen los proyectos en los territorios visitados bajo el programa, la Escuela de Ciencias de la Administración incorporará el conocimiento generado en sus nueve énfasis de Administración presentes, como Recursos Humanos, Banca y Finanzas, Contaduría, Dirección de Empresas, Mercadeo, Producción, y Negocios Internacionales.

El programa espera alcanzar los 82 cantones del país aprovechando la red de sedes universitarias de la UNED en las cinco regiones socioeconómicas, dando mayor énfasis en aquellos territorios con menos índice de desarrollo social y problemas de desempleo, máxime en la situación que acarrea la crisis sanitaria.