- Trabajadores portan equipo de protección
- A las honras fúnebres solo pueden asistir familiares directos
Redacción – Una triste imagen releva la realidad de la nueva normalidad: un entierro a solas, únicamente con la compañía de los encargados de sepultar en ataúd sellado con el cuerpo de una vecina de Cartago, quien perdió la vida por Covid-19.
Se trata de una paciente oriunda de San Rafael de Oreamuno, quien falleció el fin de semana y su sepelio fue poco después de su muerte.
Los trabajadores del cementerio de la zona portan los trajes, mascarillas y gafas como Equipo de Protección Personal (EPP).
Por protocolo, las honras fúnebres deben ser lo más aisladas posibles, debido a que el virus es altamente infeccioso y se busca prevenir cualquier contacto directo.
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Para el reconocimiento del cuerpo, únicamente un familiar puede hacerlo en un tiempo de no más de 15 minutos.
Además, no puede tener contacto físico con el cuerpo, el cual está dentro de una bolsa transparente para su identificación.
Por otro lado, solo pueden asistir los familiares directos del fallecido; sin embargo, en este caso se observa únicamente a los trabajadores que llevan a cabo el sepelio.