• Xavier Sánchez, familiar de una madre y su hija asesinadas el 2020 en la zona de Los Santos, encabeza un movimiento que busca justicia para las víctimas de femicidios

Por Ruth Torres Montero para Digitus CR

“Fuimos asesinadas a golpes con un objeto contuso el día 30 de julio de 2020, en barrio La Virgen de San Pablo de León Cortés, en la zona de Los Santos.

“Incendiaron nuestra casa para borrar evidencias, nos tiraron en un barranco, un botadero de basura clandestino, dejando una estela de sangre de 200 metros que marcó pasto, palos, piedras y tierra. Somos madre e hija: Fernanda Melissa Sánchez Aguilar de 31 años y Raisha Fabiola Ríos Sánchez, de 12 años. Nos quedaban muchos sueños por cumplir”.

Este impactante mensaje encabeza el movimiento Justicia para Fernanda y Raisha, que se ha posicionado de forma abrumadora en redes sociales. Ellas se suman a la lista de las 61 mujeres que murieron de forma violenta el año anterior.

Han transcurrido más de 285 días desde que ambas mujeres fueron asesinadas. Su caso continúa sin resolverse.

Este movimiento es liderado por Xavier Sánchez Aguilar, hermano y tío de las víctimas. Él es un joven emprendedor y reconocido cuentacuentos. Además, ha representado a nuestro país en eventos internacionales.

Actualmente ha asumido la tarea de representar a su familia en esta lucha. Ellos claman a las autoridades por respuestas y la aplicación de la justicia que merecen.

Para Sánchez queda claro que se trata de un femicidio, aunque en la investigación en proceso no se define como tal. Esta tragedia ha marcado a familiares y amigos cercanos. Sin embargo, asegura que las autoridades no les han brindado una respuesta clara ni se ha arrestado al presunto femicida.

Además indica que, lamentablemente, la sociedad ha normalizado el tema y por eso es necesario analizar los factores clave que inciden en esta realidad como la educación, las relaciones impropias, las construcciones sociales y la complicidad de la sociedad, entre otros.

Clamor

¿Cómo nace el movimiento Justicia para Fernanda y Raisha?

El año 2020 fue y sigue siendo hasta el día de hoy un año sumamente doloroso. Luego del asesinato de mi hermana y mi sobrina, surgió en mí la necesidad de comunicar lo que está sucediendo.

No es posible que las mujeres sigan siendo asesinadas de la manera más cruel y lo sigamos normalizando.

Con esta iniciativa buscamos hacer conciencia y evitar la complicidad que existe en nuestra sociedad, una que se refleja en la falta de denuncias. También, queremos presionar de alguna manera al sistema de justicia, pues necesita una pronta reestructuración.

Buscamos calar en la conciencia de los medios de comunicación y de la sociedad en general para demostrar que las familias también son víctimas. Esta campaña sobre todo es para visibilizarlas y exigir justicia para ellas

¿En qué sentido considera que el sistema judicial debe reestructurarse?

En este momento considero que el sistema tiene que enfrentar una reestructuración de las leyes y mecanismos actuales.

Primeramente, se debe cambiar la forma en la que se determinan los femicidios y los femicidios ampliados. Se tiene que replantear de manera adecuada.

Un mes después del femicidio, pude darme cuenta de que nuestro sistema judicial no tiene la capacidad adecuada para brindar la atención debida. A la fecha, las autoridades no han logrado detener al autor de los hechos.

La información es casi nula y el desconocimiento nuestro de los debidos procesos hace que este sea un duro y largo camino.

¿Cuáles debilidades ha detectado en el sistema?

Primero, no es posible que en medio de un proceso judicial se cambie al fiscal de manera inesperada; esto nos sucedió recientemente en la Unidad Regional de Los Santos en San Marcos de Tarrazú.

Sumado a ello, los procesos son engorrosos, lentos y pareciera que a los funcionarios no les importa lo que ocurre aquí.

Tampoco existe la asesoría legal que nos permita, a las familias, proceder de manera rápida con los casos. Por eso, el proceso se vuelve desgastante y doloroso.

Necesitamos que se le dé prioridad a este tema, ya que es a nivel judicial donde lastimosamente tenemos las principales trabas.

¿Han recibido apoyo de las instituciones del estado?

Ninguna institución del estado se ha apersonado para acompañarnos. No ha habido un seguimiento por parte del Patronato Nacional de la Infancia, aun siendo una de las víctimas una niña de 12 años.

Yo me pregunto:¿dónde están las instituciones? Están totalmente aisladas de este caso, como si nada hubiera pasado.

A pesar de que existe una ley que prohíbe las relaciones impropias, seguimos siendo testigos de relaciones entre menores de edad con hombres mayores de 40 o 45 años.

Lo peor es que sus familias no ven que en realidad están en una relación de riesgo. Tampoco hay intervención de ninguna de las instituciones abocadas al tema.

Es alarmante el hecho de que San Pablo de León Cortés es un lugar donde ya existe un antecedente de femicidios y muertes violentas de mujeres.

Probablemente podamos comprobar un patrón repetitivo donde cada dos años se reporta la muerte violenta de una madre y su hija, pero las autoridades siguen ausentes.

Papel de la prensa

¿Cuál ha sido el papel de los medios de comunicación en este proceso?

Ustedes recordarán que se presentaron varios casos que de alguna forma acapararon los titulares de los medios. Estos opacaron el caso de Fernanda y Raisha.

Las noticias de madres buscando a sus hijas y de la aparición de sus cuerpos fueron las que lograron la atención de los medios.

«El caso de mi hermana fue prácticamente imposible darlo a conocer. El único medio de comunicación que se presentó ese día fue un canal local, el cual le dio seguimiento solo dos días».

Luego informaron que no nos apoyarían en otras actividades, ya que el medio no trabajaba los domingos.

Fue frustrante ver cómo particularmente los medios televisivos no brindaron cobertura. Los medios escritos lastimosamente publicaron titulares que, la verdad, no vale la pena ni mencionar, pues había títulos muy escabrosos, cosas que uno decía: ¿pero de dónde salieron?

Siempre daban una imagen negativa revictimizando a mi hermana con cosas que no eran ciertas. Sumado a ello, un periodista en uno de estos medios se atrevió a decir que la familia estaba dramatizando lo que había sucedido.

Realmente muchas de las familias dolientes consideramos que la cobertura y la forma de tratar la información al respecto no ha sido para nada decente.

¿Qué factores considera usted agudizan la vulnerabilidad de las mujeres?

Definitivamente la construcción social donde predomina el dominio patriarcal, machista y misógino las hace más vulnerables. Lastimosamente, el caso particular de mi hermana trasciende de ser algo familiar, al contexto sociocultural.

Existen lugares donde todavía muchas personas creen que la mujer está hecha para lavar, cocinar y planchar; que no tiene por qué buscar mejores expectativas. Se sigue fomentando que la mujer está específicamente para servir y muchas son vistas como un objeto de satisfacción sexual.

Aquí hablar de estos temas es complicado porque se ha normalizado. Sumado a ello, las autoridades no buscan cómo hacer un plan para poner en marcha programas para la prevención de la violencia.

La gente cree que es un tema ajeno a su realidad. Es muy duro pero el 30 de julio de 2020 nos tocó a nosotros como familia afrontar este gran dolor.

¿Qué sigue ahora para usted y su familia?

Seguiremos luchando con toda nuestra fuerza para conseguir un impacto real en la población. A inicios del 2021, hemos hecho un poco más visible el caso de Fernanda y Raisha.

Estamos tratando de hacer llegar el mensaje de que nuestra sociedad debe cambiar, debemos desaprender el machismo tácito tan presente en nuestra vida cotidiana. Es aquí donde la educación juega un papel crucial en el proceso.

Se me ha cuestionado el hecho de que yo siendo un hombre lidere la defensa de un caso de femicidio cuando por lo general los hombres estamos en el otro lado.

Sin embargo, vale la pena resaltar que muchos estamos dispuestos a desaprender para volver a aprender de la forma correcta. Y una manera de hacerlo es ser partícipes de esta lucha. Esta es ahora nuestra nueva realidad.

Así que, bienvenidos al “Club de las mujeres muertas”. Sí, están muertas, pero sus voces siguen clamando por justicia.

*Esta nota es parte del convenio con Digitus CR, el laboratorio de innovación y producción de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Federada San Judas Tadeo.