- Dylan Matteo nació a las 35 semanas de gestación el 17 de junio
- Madre temía por la vida de su bebé y ya suya
Redacción – El Covid-19 es un virus respiratorio que no solo causa síntomas y le provoca dificultad para respirar, sino que también le quita a los pacientes la oportunidad de estar cerca de quienes ama.
Esta historia tiene un final feliz, pero estuvo llena de temores y angustias en un inicio. Tras haber sido diagnosticada con Covid-19, Wendy Salazar tuvo una cesárea de emergencia y pudo conocer a su bebé hasta 13 días después.
Salazar contó su historia al medio de comunicación local Colosal Informa y comentó que, a sus 35 semanas de gestación, su salud y el embarazo se complicaron producto del virus y tuvo que ser intervenida de forma inmediata.
Al notar que le hacía falta el aire, la vecina de Corredores fue llevada al hospital de Ciudad Neily, pero su estado de salud ameritaba atención en el Hospital Calderón Guardia.
«Los pulmones colapsaron. Llamé a la ambulancia, yo simplemente venía para que me pusieran suerito u oxígeno, pero todo se complicó. Me trasladaron al Calderón, estuve allá 10 días internada. Me hicieron cesárea de emergencia y ayer (domingo) me trajeron a mi bebé. 13 días después, conozco a mi bebé. Es algo muy difícil», destacó Salazar.
Su temor era que el coronavirus le quitara la vida a su bebé y a ella, pero afortunadamente pudo contar su historia tras tener a hijo Dylan Matteo, quien nació el 17 de junio y pesó 2.340 kilogramos.
Permaneció 13 días en el Calderón Guardia y posteriormente fue trasladado al hospital de Ciudad Neily, donde continúa hospitalizado por su bajo peso al ser prematuro, pero afortunadamente evoluciona de la mejor forma.
«Por irresponsabilidad de una persona (…) pude perder a mi bebé y hasta mi propia vida, pero gracias a Dios estoy aquí para contarles que soy un milagro de Dios. A mí me dijeron que me iban a entubar. Luego de la cesárea, todo se fue normalizando y fue un duro proceso», resaltó.
Y es que en todo este proceso, no puede estar cerca de sus familiares. Además de no poder tener contacto con su bebé, tampoco podía estar junto a sus seres queridos, lo que hizo que se volviera más duro.
«Yo ni siquiera lo pude ver cuando me lo sacaron (al bebé), hasta ayer (domingo) me lo trajeron, 13 días después. Es demasiado duro», agregó.
Salazar labora en el hospital de Ciudad Neily y sus compañeros también estaban muy preocupados por su salud.
Cuando ella se recuperó, la ambulancia pasó cerca del hospital donde estaban sus compañeros, quienes saltaban, lloraban y gritaban de la emoción al ver a Wendy ya recuperada.
Ahora, esta paciente recuperada hace un llamado a los ciudadanos para que se hagan la prueba de diagnóstico si presentan el mínimo síntoma y así no poner en riesgo a los demás.