- Hernández nunca ha jugado con afición como jugador erizo
Redacción – Para el delantero cubano del León, Marcel Hernández, la felicidad se le desborda por el regreso de los aficionados a los estadios del país, que le dará la oportunidad de sentir el apoyo incondicional de la barra brava eriza, La 12.
La barra de Alajuelense volverá alentar con sus canticos y mantas de apoyo a los leones, que están con una sonrisa de oreja a oreja por tener la oportunidad en la fecha 20 de volver a jugar con su gente alentando tras más de un año y medio sin hacerlo.
Hernández llegó a La Liga en enero del presente año, por lo que no ha tenido la oportunidad de vivir el carnaval que impone la agrupación rojinegra, que se da el lujo de ser de las más numerosas de Costa Rica y Centroamérica.
Lea también: Pese a ser bicampeonas, Leonas enfrentarán al Saprissa FF en la Supercopa femenina
Ese sabor especial que solo lo da una barra brava, hace que el isleño esté deseando ya que sea domingo para poder sentirlos de cerca y así dejarles saber que tiene la calidad suficiente para estar en el León, donde registra 8 goles en el Apertura 2021.
Marcel Hernández afirma que es una bendición poder volver a contar con su afición en las gradas, ya que eso les dará el impulso para no desfallecer en los partidos.
«Para muchos jugadores que llegamos a La Liga, no hemos tenido la oportunidad de tener a la afición en casa y sentir ese apoyo de la 12, que a través de los años siempre se ha visto reflejada y siempre se ha visto, entonces nosotros hoy tenemos esa bendición de poder volver a contar con ellos, más allá de que no estadio completo, ellos van a ser un pilar importante como siempre lo han sido», afirmó Hernández.
Los fanáticos manudos alistan una invasión a la cancha de la Asociación Cívica Jicaraleña, donde enfrentarán a Jicaral el próximo domingo a las 2:00 de la tarde.
El escenario peninsular es uno de los nueve estadios avalados para recibir público en la división de honor. En total podrán ingresar 375 seguidos, que deberán pagar una entrada con un costo de 15 mil colones, además de cumplir con todos los protocolos.
