- El deudor podrá consultar a las entidades financieras si existen otras opciones de arreglo a las que puedan aplicar.
“Conocer y ser informado del estado actual de los créditos es parte de los derechos del consumidor financiero. Tomando en cuenta que nuevamente las disposiciones vigentes en las operaciones crediticias son las de prepandemia, es importante que el deudor tenga claro cómo operarán sus préstamos de ahora en adelante”, afirmó Danilo Montero, director general de la OCF.
Según Montero es fundamental revisar al menos cuatro puntos:
- Los saldos de las deudas a la fecha actual
- La fórmula de cálculo de la cuota a partir de este momento
- El monto de interés acumulado no pagado durante el alivio que la entidad le aprobó
- El nuevo plazo del crédito para cancelarlo
La disposición de CONASSIF de no permitir más las medidas excepcionales para deudores afectados por la pandemia, se refiere a la aplicación de condiciones especiales de manera ilimitada; por lo tanto, el deudor podrá consultar a las entidades financieras si existen otras opciones de arreglo a las que puedan aplicar.
La OCF advierte que ahora solo se podrá realizar una modificación de la operación crediticia en un plazo de 24 meses; de lo contrario, si se aprobara más de una, esta tendrá que ser calificada como una operación crediticia especial.
“Una operación crediticia se considera como especial cuando el deudor solicita que se aplique más de una prórroga, readecuación o refundición de la deuda en un período de dos años. Al hacerlo, se interpreta como un aumento del riesgo de que no se pague, y posiblemente genere un cambio de condiciones, como por ejemplo un aumento en la tasa de interés, lo que la entidad financiera deberá notificarlo a la SUGEF y, al mismo tiempo, hacer más estimaciones por si el crédito no se paga”; señaló Montero.
Además de la suspensión de las medidas de apoyo para deudores durante la pandemia, las entidades financieras deberán reactivar el análisis de estrés del crédito, el cual es la valoración de la capacidad de pago del cliente, sometida a diferentes factores como el aumento en el tipo de cambio o el aumento en la tasa de interés, durante el plazo del crédito otorgado.