• 14-18 marzo:  Semana Mundial de sensibilización sobre la sal

Redacción – La alta ingesta de sal se relaciona directamente con hipertensión y enfermedades cardiovasculares

El Colegio de Profesionales en Nutrición (CPN) señala que consumir menos sal tiene como resultado una mejor salud, al reducir el riesgo de padecer de hipertensión y tener accidentes cardiovasculares.

Para lograr esto, el primer paso recomendado es disminuir gradualmente el consumo de sal en los alimentos, iniciando con un 10%.

Para los nutricionistas su gusto y el de su familia se adaptará poco a poco, pues una reducción de este porcentaje no es percibida por el paladar.

Así puede iniciar a disminuir gradualmente (poco a poco) la sal cuando prepara sus comidas y sucesivamente así reducir otro 10% cada cierto periodo.

El CPN alerta sobre las consecuencias de un alto consumo de este condimento tanto en las comidas caseras, como la que se oculta en los productos envasados.

La doctora Karol Delgado, vocera del Colegio del CPN, señala que existe desconocimiento tanto sobre los efectos que el consumo excesivo de sal tiene en la salud como sobre las opciones que existen para sustituirla a la hora de preparar alimentos.

El consumo en exceso de sal puede producir; “retención de líquido y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares como hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por lo tanto, su consumo debe ser moderado”.

Los buenos hábitos de alimentación se adquieren desde los primeros años de vida, por lo tanto, la niñez es el mejor momento para educar el paladar y acostumbrar al organismo a consumir poca sal.

Algunos consejos para reducir el uso de sal: 

  • Reemplazar la sal utilizando cítricos, hierbas frescas, ajo, pimienta negra y especias (sin sal agregada).
  • Reducir el uso de las salsas como la salsa inglesa, de soya, de tomate y los aderezos para preparar ensaladas.
  • Escurrir y enjuagar los vegetales enlatados. 
  • Preferir las frutas y vegetales frescos. No agregar sal ni salsas.
  • Probar la comida que se está preparando para no excederse en sal y evitar los sobrecitos sazonadores.
  • Promover la lactancia materia exclusiva hasta los 6 meses y complementaria hasta los 2 años. Alimentar al infante con alimentos saludable sin sal.
  • Revisar el contenido de sodio indicado en las etiquetas de los alimentos antes de comprarlos para elegir las opciones con menor contenido. Elegir los alimentos o productos con menos de 140 mg de sodio por porción. 
  • Toda sal, de cualquier marca es fuente de sodio.
  • Eliminar de la mesa el salero para que los niños no desarrollen el hábito de agregar sal a la comida.
  • Los adultos de la familia, particularmente la madre y el padre, deberían constituir ejemplo de alimentación saludable para los niños y adolescentes.

La ciencia ha demostrado con numerosos estudios que una reducción moderada del consumo de sodio favorece la salud, añadió la nutricionista Karol Delgado.