La madre debe presentar un documento que certifica que ha recibido información sobre los signos vitales del feto.
Redacción: Un decreto, publicado en la Gaceta Oficial de Hungría y firmado por el ministro de Interior, Sandor Pinter, determina que antes de someterse a un aborto, la mujer debe presentar un documento que certifica que ha recibido información sobre los signos vitales del feto.
Para ello, los médicos deben «proporcionar a la embarazada una indicación de los signos vitales del feto, de una forma claramente identificable».
Medios de la región aseguran que con la expresión «los signos vitales», el Gobierno se refiere a los latidos del corazón.
La actual ley, en vigor desde 1992, determina que entre las semanas 12 y 24 de gestación, la mujer puede optar libremente por el aborto, sin más requisitos que su propia decisión.
En casos excepcionales, ante riesgo para la madre o el feto, el aborto es asimismo posible más allá de esas 24 semanas.
El partido izquierdista Coalición Democrática ha pedido en un comunicado que el Gobierno aclare si está preparando o no la modificación de las reglas del aborto.
Hasta ahora, el Gobierno del partido conservador Fidesz de Orbán, que ostenta una abrumadora mayoría en el Parlamento, había asegurado que no tenía planes de limitar el derecho al aborto.
Sin embargo, la presidenta del país, Katalin Novák, cercana a Orbán, que asumió el poder en mayo pasado, prometió en su campaña electoral que apoyaría a aquellos que «protegen la vida desde la gestación».
En Hungría, país de 9,7 millones de habitantes, se registraron 21.907 abortos y 93.000 nacimientos en todo el año pasado, según datos de la Oficina de Estadísticas