- En el funeral se hicieron presentes personas de todas las edades y nacionalidades, jóvenes, laicos
Redacción- Durante la mañana del primer jueves de enero, en la plaza de San Pedro envuelta en un manto de neblina, miles de fieles se congregaron, para participar en la misa del Papa emérito Benedicto XVI y darle su último adiós.
En el funeral se hicieron presentes personas de todas las edades y nacionalidades, jóvenes, laicos, sacerdotes y también familias, religiosas, grupos de Italia y Alemania, con banderas y pancartas.
El Papa Francisco llegó en silla de ruedas y en su homilía, reflexionó sobre la lectura del Evangelio de San Lucas 23, 46, deteniéndose en particular, en una frase de Jesús en la cruz:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
Francisco hizo incapié a estas palabras debido a que fueron las últimas palabras que el señor pronunció sobre la cruz.
«Entregarse en las manos de su Padre. Manos de perdón y de compasión, de curación y de misericordia, manos de unción y bendición que lo impulsaron a entregarse también en las manos de sus hermanos”. Recalcó Francisco.
