- “Entre el Cielo y la Tierra”, una instalación disponible para todo el público a partir desde del 21 de abril y hasta el 20 de mayo, expuesta en la Galería Nacional del Museo de los Niños
Redacción- Cuando el amor es más fuerte que el dolor y el arte se convierte en ese medio de sanación, suceden acontecimientos extraordinarios y llenos de sinceridad, que logran llenarnos el alma ante el vacío más grande que podamos imaginar.
La artista internacional, Clara Waserstein Berezdivin, nacida en San José (Costa Rica) y quien ha vivido desde 1996 en Puerto Rico.
Quien ha mantenido siempre esa conexión con su tierra natal, presenta su obra titulada “Entre el Cielo y la Tierra”, una instalación disponible para todo el público a partir desde del 21 de abril y hasta el 20 de mayo, expuesta en la Galería Nacional del Museo de los Niños.
Asimismo, incluye en esta exposición una mezcla de matices artísticos y personales, donde ambos mundos encontraron un punto perfecto para dejar que sea el arte, su mensaje y cada hilo dispuesto con amor, los que se encarguen de hilar una colección llena de ese sentimiento que trasciende la razón y se convierte precisamente en un intangible, en una verdadera obra de arte.
“Entre el Cielo y la Tierra” nace en uno de los momentos más duros de la vida de la artista, cuando en el 2021 pierde a su hija Deborah, en el trágico Colapso del Edificio Champain en Surfside Florida, donde luego de esa situación, Clara regresa a sus hilos, agujas y telas, elementos que han acompañado su camino y que con arte han logrado sanar el alma.
“Me encuentro entre el cielo y la tierra, sosteniendo en mi corazón el amor por mis dos hijas, Yael que está entre nosotros y Deborah que falleció. Es un sentimiento que me divide y me une a la vez, un cúmulo de emociones que se mezclan en mi ser sin poder explicar porqué, ni yo misma lo sé. La presencia de mi hija viva Yael es una luz que ilumina mi camino y me da fuerza para seguir adelante, por ella y para ella. Pero al mismo tiempo, la ausencia de Deborah me deja un vacío profundo, un dolor que me acompaña día tras día. Recordándome que la mitad de mi ser ya no está ni estará”, comenta la artista.
A partir de esta experiencia, la carrera de Berezdivin tomó un rumbo distinto y decidió que todas sus piezas realizadas debían convertirse en un propósito más allá del arte. Por esa razón, donará la mitad de lo recaudado en la exposición, en nombre de su adorada hija, a beneficio de la Asociación Lucha Contra el Cáncer Infantil. La otra mitad, será donada a una organización fuera del país.
“Mi obra representa el ciclo de la vida, inicio con un marco que es el limite entre lo permitido y la libertad, lascuerdas son la base y deben ser suficientemente firmes como para soportar las vicisitudes de la vida pero, a la vez, ser suficientemente flexibles como para poder pasar entre ellas cada trama, tomando diferentes caminos , llegando al limite de maneras distintas, creando formas y finalmente dando vida a través d el arte”,agrega.