Redacción-Por primera vez en el país, se han detectado 22 especies bacterianas en las caries dentales de pacientes pediátricos costarricenses.

La investigación la realizó la Dra. Keysy Leonela Tenorio Soto, es estudiante de la maestría de la Especialidad de Odontopediatría de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Así se registra en su trabajo final de investigación concluido este 2023, dirigido por la Mag. Natalia Gutiérrez Marín y bajo la asesoría de la Dra. Tatiana Ramírez Mora, ambas de la Facultad de Odontología, y la Dra. Pamela Altamirano Silva, de la Facultad de Microbiología de la UCR.

De acuerdo con la Dra. Ramírez, los resultados de la Dra. Tenorio son pioneros en su tipo a nivel nacional y llenan un vacío importante que ha estado presente en Costa Rica por mucho tiempo.

Si bien el ámbito nacional e internacional se han realizado varias investigaciones sobre el tipo de microorganismos alojados en las caries dentales, la mayoría de esos estudios se han enfocado en personas adultas y, los pocos análisis existentes en niñas y niños, en la mayoría de las ocasiones, se centraban en una única bacteria.

Con los aportes dados por la Dra. Tenorio esa realidad cambia y hoy Costa Rica recibe una contribución inédita realizada 100 % en suelo costarricense que toma e identifica, específicamente, las bacterias provenientes de niñas y niños entre los cuatro y los ocho años de edad. Algo nunca antes visto.

“Los microorganismos de la cavidad oral varían por zona geográfica y, hasta el momento, no contábamos con información sobre la microbiota oral en las caries dentales de niños en Costa Rica. Tenemos mucha información de lo que hay en otras latitudes, pero no de lo que tenemos aquí. Keisy se apuntó a hacer la investigación con muchísima dedicación y esfuerzo. Los resultados obtenidos de algunas bacterias coinciden con reportes de otros países, pero otras nunca habían sido reportadas antes”, contextualizó la Dra. Ramírez.

En la imagen está la Dra. Tenorio.

La odontóloga no descubrió las bacterias

Las bacterias fueron descubiertas años atrás por otros científicos. Así, el aporte pionero de la odontóloga de la UCR fue identificar la presencia de esas 22 bacterias en caries dentales infantiles, algo nunca antes analizado en Costa Rica de manera conjunta y con profundidad.

Para la Dra. Ramírez la indagación de la Dra. Tenorio no solo sobresale por brindar información novedosa, sino que también es loable por establecer similitudes y diferencias en relación con investigaciones de otras naciones. Esto, sin duda, da una contribución invaluable al conocimiento científico costarricense e insumos para nuevos estudios.

Los hallazgos

La Dra. Tenorio aisló un total de 60 cepas bacterianas. De ellas, 22 fueron identificadas y cuatro se posicionaron como las de mayor presencia en las muestras analizadas. Algunas de esas bacterias eran esperadas. Otras, en cambio, resultaron totalmente inesperadas porque, como lo dijo la Dra. Ramírez, en el mundo de la ciencia jamás habían sido reportadas de manera conjunta ―en este mismo ámbito investigativo― hasta ahora.

Como resultado, las primeras dos bacterias halladas, y esperadas de encontrar por ser altamente reportadas, fueron la Staphylococcus epidermidis y la Streptococcus mutans; ambos microorganismos con el potencial de incentivar las caries dentales.

En el grupo de los inesperados, cuyo hallazgo sorprendió a las investigadoras costarricenses por ser patógenos vagamente mencionados en caries, estaban las bacterias Pasteurella ppneumotropic, llamada también Mannheimia haemolytica y la Pantoea spp.

¿Poseen estos cuatro patógenos algo en común? La respuesta es sí. Como si se tratara de un equipo de fútbol, esos cuatro patógenos poseen la gran habilidad de trabajar en equipo y exacerbar la destrucción del tejido dental, dañar las encías y hasta las estructuras de soporte como el hueso, mencionó la Dra. Tenorio.

Además de encontrar las bacterias inesperadas Pasteurella ppneumotropic y Pantoea spp, la odontóloga también halló con gran sorpresa otros patógenos los cuales, aunque estaban presentes en menor frecuencia, no deberían estar en la cavidad oral de los niños y niñas: la Enterococcus faecalis, la Rothia mucilaginosa y la Sphingomonas paucimobilli.

Actualmente, ya se está planeando una investigación en la UCR a partir de las bacterias identificadas para conocer cómo se enlazan con otros patógenos y sus componentes. De igual forma, se desea saber con más detalle el porqué esas bacterias llegaron a la boca de las personas menores de edad, ya sea por cuestiones de genética, de alimentación o por un mal aseo de los alimentos.