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Estos son los métodos más usados para introducir droga a las cárceles

La legislación establece penas de ocho a 20 años de prisión para quien cometa este delito

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Redacción- Hay muchas personas que recurren constantemente a métodos variados para intentar introducir drogas a la cárcel, desde el envió de las llamadas encomiendas a los privados de libertad, hasta el uso de drones, animales adiestrados o la tradicional modalidad de transporte intracorporal.

En el programa Frecuencia MP, el fiscal de la Fiscalía Adjunta de Alajuela, Carlos Eduarte Hernández, relató que, tras la pandemia, el uso de las encomiendas se posicionó como el principal método, pues consiste en tratar de ocultar las sustancias prohibidas en los paquetes que personas externas remiten a los reclusos.

“Lo intentan, por ejemplo, en alimentos, en dobles fondos de los recipientes; en gallo pinto, al mezclar pequeños envoltorios de droga pintados dando la apariencia de un frijol; en pastas dentales meten pajillas con drogas; también en panes preparados; o en madera que se utiliza para artesanías”, explicó.

Ante la evidente creatividad para intentar camuflar las drogas, el fiscal reconoció que “es gracias a la experticia de los oficiales penitenciarios que reciben la encomienda que se logran detectar, porque a simple vista son muy difíciles de descubrir”.

Eduarte reveló que, además de dicha modalidad, otras que ocurren con cierta frecuencia son el ingreso de los estupefacientes de forma intracorporal; el lanzamiento de paquetes desde el perímetro de los centros penales; el uso de drones que trasladan los estupefacientes y los dejan caer dentro del reclusorio y, en menor medida, el empleo de animales adiestrados para ingresar al centro con pequeños paquetes sin ser percibidos.

La complejidad para investigar los hechos y dar con los responsables cambia dependiendo del método, por lo que, según el fiscal, cuando se utiliza los artefactos voladores no tripulados se vuelve difícil lograrlo, ya que estos pueden ser operados a gran distancia.

Pese a ello, se ha logrado la detención de al menos dos personas que maniobraban los drones en las afueras del centro penal, así como la captura de personas que transitaban en los alrededores y lanzaron o intentaron lanzar paquetes con estas sustancias.

“En ocasiones, cuando privados de libertad requieren una atención médica especializada y, por ende, deben ser trasladados al hospital San Rafael de Alajuela, ahí se logran hacer de drogas de uso no autorizado que alguien dejó previamente en un baño, por ejemplo, y las trasladan a lo interno del centro penal”, dijo al referirse a otra modalidad.

Estos intentos, agregó, son detectados en el momento en que, por protocolo, los reclusos son revisados a su regreso al centro penal y es ahí cuando se les ubica la droga.

“El fin de la introducción de droga es para el comercio dentro del centro penal; llama la atención que el valor de las sustancias, dependiendo del tipo, puede incrementar hasta tres veces en relación con el precio que tienen en vía pública. Eso le da un poderío al vendedor de droga dentro de la cárcel, no solamente por ser un líder ahí, sino al tener un poder adquisitivo distinto al de las demás personas”, destacó el fiscal.

La incidencia del fenómeno ha permitido detectar que los estupefacientes que se intenta introducir son, en su mayoría, picadura de marihuana, crack y cocaína, aunque también se ha decomisado ketamina, pastillas de drogas sintéticas y medicamentos de uso restringido.

Si usted desea escuchar la entrevista completa, puede hacerlo en este enlace.  Frecuencia MP se transmite todos los lunes, a las 11:00 a.m., en Radio Columbia y la página de Facebook Ministerio Público de Costa Rica.

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