- Permiten que las pacientes no queden totalmente descubiertas durante el examen.
Redacción-A algunas mujeres les resulta de gran incomodidad y en algunos casos hasta vergonzoso, el descubrirse la ropa para efectuarse los exámenes de mamografía o ultrasonidos.
Para brindar mayor comodidad, el servicio de Radiología del hospital San Vicente de Paúl (Heredia) con el apoyo de la Fundación Mujeres en Rosa (FUNDAMURO) se dieron a la tarea de crear una prenda que brinda seguridad a la paciente y a su vez confort al técnico que realiza el examen.
Marcela Campos, presidenta de FUNDAMURO y sobreviviente de cáncer de mama, lidera una lucha en donde brindar apoyo a la población con cáncer de mama es su razón de esfuerzo, innovación y dedicación día con día. Pero ella no está sola, un gran equipo de voluntarios que creen en la causa, son sus aliados, por esto, estas manos amigas crearon las batitas rosas.
Las batas son elaboradas en la Casa Oncológica de la fundación y permiten que las pacientes no queden totalmente descubiertas durante el examen, su versatilidad ayuda a que las mujeres puedan tener descubierto solamente el seno en el que se le realiza el examen, mientras el otro permanece cubierto, así como su estómago y espalda.
Además, las mujeres pueden dejarse puesta la parte de debajo de la vestimenta, ya que la bata llega hasta la cintura, esto facilita el manejo del técnico que realiza el examen.
«Contar con el apoyo de FUNDAMURO ha sido muy valioso para el hospital y para las pacientes, es un equipo que trabaja con amor, lo cual es notorio en cada uno de los proyectos en los que se involucra, por eso, es importante apoyar a la fundación en las actividades que realiza para obtener recursos económicos, que luego son devueltos a la población por medio de donaciones como estas», resaltó la doctora Priscila Balmaceda Chaves, directora del San Vicente de Paúl.
Mientras tanto, Maritza Segura, miembro de la fundación, detalló que las batas fueron solicitadas por los doctores de radiología a la fundación, gracias a diferentes donaciones.
“Se logró comprar la tela para hacerlas, con la ayuda de los voluntarios e inclusive de algunas pacientes, nosotras mismas nos las llevamos, las lavamos, las planchamos y nos encargamos de hacerle los ajustes que requiere”, dijo.