Redacción- Nuestros cuerpos cuentan con hormonas que fungen como mensajeros químicos en al sistema.  El cortisol es una hormona glucocorticoide que se produce en la corteza de las glándulas suprarrenales y luego se libera la sangre. Esta hormona puede afectar al sistema nervioso, inmunitario, cardiovascular, respiratorio, reproductor, músculo-esquelético y más.

El peligro de manejar niveles altos de esta hormona es el alcance que tiene sobre los procesos del cuerpo. La activación a largo plazo del sistema de respuesta al estrés y la sobreexposición al Cortisol y otras hormonas del estrés pueden alterar casi todos los procesos de tu cuerpo. Esto incrementa el riesgo de padecer muchos problemas de salud

En condiciones estresantes crónicas y en ciertas condiciones médicas, el patrón de altas y bajas de la secreción diurna se aplana, causando niveles más altos continuos de cortisol. Esto puede causar problemas de salud al suprimir el sistema inmunológico y alterar el metabolismo para que la persona esté más propensa a desarrollar diabetes, osteoporosis, fatiga crónica y aumento de peso.

Según la dra. Wen Chu, médico general de la  Torre Médica en Momentum Pinares, el Cortisol producido por el estrés excesivo, es uno de los enemigos número uno del cuerpo “El Cortisol baja nuestras defensas y permite que el sistema entre en un estado de vulnerabilidad ante infecciones y padecimientos. Controlar los niveles de estrés para moderar la producción de esta hormona es vital” menciona la dra. Chu.

Los niveles de Cortisol en las personas varían a lo largo del día, pero por lo general son más altos en la mañana cuando nos despertamos y van disminuyendo a medida que pasa el día.

El Cortisol alto puede causar diversos síntomas, dependiendo del cuadro clínico, algunos de los padecimientos que podemos experimentar al subir los niveles son:

  • Aumento de peso, sobre todo alrededor del estómago y la parte superior de la espalda.
  • Dolor de cabeza
  • Problemas de concentración 
  • Acné
  • Piel fina
  • Facilidad para hacerse moretones
  • Enrojecimiento facial 
  • Dificultad para cicatrizar heridas
  • Debilidad muscular
  • Fatiga severa
  • Irritabilidad 
  • Presión arterial alta
  • Aparición de rayas de color púrpura en el estómago, pechos, caderas y bajo de los brazos.