• La exposición solar continua se va acumulando con los años, por lo que los cuidados deben iniciar desde la infancia 

Redacción- Con el inicio del verano, los rayos ultravioleta (UV) se intensifican, presentando un riesgo significativo para la salud de la piel.

La exposición solar continua se va acumulando con los años, por lo que los cuidados deben iniciar desde la infancia.

Algunos cambios que se pueden presentar por daño solar acumulado son: manchas, adelgazamiento de la piel, arrugas, flacidez y, lo más temido, el cáncer de piel.

Los expertos en salud y medicina han reiterado la importancia de la conciencia y la prevención en relación con el cáncer de piel, un riesgo que aumenta con la exposición prolongada a los rayos UV.

“Debemos recordar que vivimos en un país tropical y el sol pasa a través de las ventanas por lo que aun dentro de la casa o trabajo debemos protegernos del sol. No olvidar que toda la piel se quema por igual, tendemos a cuidarnos y proteger la cara, pero olvidamos el cuello, orejas, piernas y brazos, zonas donde también son frecuentes las manchas por sol y la aparición de cáncer de piel”, explica la Dra.Loretta Piccolo, Dermatóloga y Co fundadora de State of the art.

El cáncer de piel es una enfermedad que se desarrolla cuando se producen cambios en el ADN de las células de la piel, usualmente como resultado del daño causado por la exposición a los rayos UV del sol o camas de bronceado.

Esta enfermedad puede manifestarse en diferentes formas, siendo el carcinoma basocelular, el carcinoma de células escamosas y el melanoma los más comunes.

“Los riesgos asociados con el cáncer de piel son significativos. Aparte de la exposición a los rayos UV, factores como antecedentes familiares, piel clara, quemaduras solares graves, prolongada exposición a cámaras de bronceado y la presencia de lunares atípicos pueden aumentar la vulnerabilidad de una persona a desarrollar esta enfermedad”, amplia la Dra. Piccolo.

Para prevenir el cáncer de piel, es crucial adoptar medidas de cuidado y protección adecuadas. Entre las principales precauciones se incluyen:

• Uso de protector solar: Aplicar protector solar con un SPF (factor de protección solar) mayor a 30, idealmente 50 y volver a aplicarlo cada tres horas o después de nadar o sudar.

• Evitar la exposición directa al sol: Buscar la sombra, especialmente durante las horas pico de radiación solar (entre las 10 a.m. y las 4 p.m.).

• Utilizar ropa protectora: Vestir prendas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV.