Redacción: El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, AYA, aseveró que El Niño es un fenómeno que ocurre por el calentamiento de las aguas del océano Pacífico y provoca alteraciones climáticas que afectan la disponibilidad de agua para el consumo humano y agropecuario.
El Instituto Meteorológico Nacional CR informó que estamos sintiendo sus efectos, los cuales se extenderán hasta mediados de 2024, por lo que es indispensable hacer un uso eficiente del agua que utilizamos.
En el caso del (AyA), el jerarca señaló que han reportado que tiene 38% de sus sistemas en la categoría de déficit hídrico ubicados en las diferentes regiones del país. Además, prevén una afectación en la época que alcance el 66% de los sistemas.
El director del Instituto Meteorológico Nacional del Ministerio de Ambiente y Energía (IMN-MINAE), Werner Stolz, comentó que la sequía meteorológica se ha presentado en particular en la vertiente del Caribe y el Pacífico Norte. Para los próximos meses esperan que en el Caribe se tenga 15% de déficit hídrico, con el agravante de que las lluvias han sido deficitarias en este sector a lo largo del año.
¿Qué es el fenómeno?
El Niño es un patrón climático natural en el océano Pacífico tropical que trae temperaturas de la superficie del mar más cálidas que el promedio y tiene una gran influencia en el clima en todo el mundo, afectando a miles de millones de personas.
Las aguas más cálidas de los océanos normalmente están confinadas al Pacífico occidental por los vientos que soplan de este a oeste, empujando las aguas más cálidas hacia Indonesia y Australia.
Los científicos todavía están buscando una respuesta a por qué sucede esto, pero la desaceleración de estos vientos puede durar semanas o meses.
El fenómeno de El Niño ocurre cada dos a siete años en intensidad variable, y las aguas del Pacífico oriental pueden estar hasta 4 grados Celsius más cálidas de lo normal.
El Niño es lo opuesto al patrón climático de La Niña.
¿Qué pasa cuando hay El Niño?
Un El Niño fuerte calienta la atmósfera y cambia los patrones de circulación en todo el mundo, especialmente la corriente en chorro sobre el Pacífico, que se vuelve más fuerte y arroja tormentas más frecuentes e intensas sobre el oeste de EE.UU., especialmente California. También significa más lluvia para la costa oeste de América del Sur.