• Febrero tendrá un día más

El 2024 acaba de iniciar y tendrá la particularidad de no ser de 365 días, ya que este nuevo año será bisiesto, por lo tanto, se disfrutará de 366 días.

Para esta ocasión, febrero tendrá un día más, llegando a finalizar el mes el 29 y no 28 como ocurre regularmente.

¿Por qué el año se convierte en bisiesto?

Según una teoría, debemos remontarnos a la época de la Antigua Roma, concretamente al momento en que Julio César estableció el calendario juliano en el año 46 a. C. Después se adoptó el calendario gregoriano y, a raíz de ambos, se comenzó a insertar un día más en febrero cada cuatro años, y este se colocaba después del sexto día de la tercera semana del mes. De ahí la palabra ‘bisiesto’ que se puede traducir del latín ‘bisextus’ como ‘dos veces sexto’.

Esta práctica se comenzó a implementar porque el cálculo de los romanos de que el año tarda 365 días en dar una vuelta al sol no es exactamente correcto, pues hay decimales. Realmente son 365,2422 días, según indican desde National Geographic y «ningún calendario compuesto de días enteros puede igualar ese número e ignorar sin más esa fracción aparentemente pequeña».

Esto se debe a que, desde hace miles de años, guiados por las estrellas y movimientos cuerpos celestes, necesitamos que las fechas astronómicas y las cronológicas sigan coincidiendo, de modo que, por ejemplo, el inicio de las estaciones del año sean siempre el mismo día y los solsticios se mantengan en las mismas fechas año tras año.

Así, cada año que dura 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,25 segundos, va acumulando tiempo y se reúne, cada cuatro años, dando lugar a un año más añadido en el calendario como forma de ‘compensar’ esos decimales que, de algún modo, se ignoran o se pierden en un año natural, siendo necesarios los bisiestos cada cuatro años, como este 2024 que dura 366 días.