- En su carta de despedida reflexionó sobre la naturaleza del fútbol y las decisiones difíciles
Redacción – El entrenador argentino Gustavo Alfaro, quien asumió la dirección técnica de la Selección Nacional de Costa Rica hace poco más de nueve meses, ha decidido dar por terminado su ciclo al frente del equipo. En un emotivo comunicado, Alfaro expresó su agradecimiento a jugadores, dirigentes y colaboradores, destacando el trabajo realizado y los logros alcanzados en tan corto tiempo.
Alfaro comparó su labor con la de un inquilino que arrienda un apartamento, en este caso, la Selección Nacional, y subrayó la importancia de devolverla en mejores condiciones de las que fue recibida. Durante su gestión, el técnico enfrentó el desafío de un recambio generacional en el equipo, lo cual, según él, se logró con éxito al integrar a jóvenes promesas que demostraron su valía, y al mismo tiempo, aprovechar la experiencia de los jugadores veteranos.
«Se recuperó la ilusión cambiando una tendencia que en los comienzos era peligrosa», señaló Alfaro, destacando cómo se trabajó en conjunto con las Selecciones Formativas y Femeninas bajo el lema de «nivelarnos para arriba». A pesar del corto tiempo, Alfaro considera que la primera parte del objetivo se ha cumplido, con unas eliminatorias que marchan bien y un equipo que, según sus palabras, tiene un gran futuro por delante.
En su carta de despedida, Alfaro también reflexionó sobre la naturaleza del fútbol y las decisiones difíciles que a veces se deben tomar. Citando al filósofo Albert Camus, el entrenador dejó claro que asume con responsabilidad las consecuencias de sus decisiones, fiel a su trayectoria de 32 años en la profesión.
Agradeció profundamente a todos los jugadores por su compromiso y profesionalismo, así como a la Federación Costarricense de Fútbol, liderada por Osael Maroto, por la confianza depositada en su trabajo. Alfaro también reconoció la colaboración de Claudio Vivas, a quien consideró una pieza clave en su cuerpo técnico.
Alfaro concluyó su mensaje con un agradecimiento especial a todo el personal que lo acompañó durante su tiempo en Costa Rica, esperando que todos hayan sentido el respeto y la comodidad que él y su equipo percibieron durante su estancia.
Con esta despedida, Gustavo Alfaro cierra un capítulo en su carrera como entrenador, dejando un legado de esfuerzo y profesionalismo en la Selección de Costa Rica, que ahora deberá continuar su camino bajo una nueva dirección.