Redacción – El Presidente, Rodrigo Chaves, desató una polémica al insultar a los diputados Alejandro Pacheco y Carlos Felipe García, ambos del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), tras la aprobación de un aumento del 2% al Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).
Chaves calificó a los legisladores como “malnacidos” y “desgraciados” por su apoyo a una moción del Partido Liberación Nacional (PLN) que incrementa el polémico presupuesto destinado a las universidades.
“Esas acciones de Alejandro Pacheco y Carlos Felipe García verdaderamente son ofensivas a la moralidad nacional que estamos buscando”, agregó el mandatario, intensificando la tensión política.
El ataque verbal fue rápidamente repudiado por la fracción del PUSC, que lamentó las declaraciones del presidente. “Utilizar los términos ‘malnacidos’ y ‘desgraciados’ contra dos personas por diferencia de criterio no es digno de un mandatario y máxima autoridad de un país”, afirmó el partido en un comunicado.
Además, el PUSC subrayó que Costa Rica ha sido históricamente una nación pacífica, y criticó que el gobierno de Chaves haya generado un clima de “división e insultos” que socava la institucionalidad y el respeto entre los diferentes actores políticos.
Inicialmente, los diputados del PUSC habían propuesto un aumento del 1,5% al FEES y votaron en contra del aumento al 2%. Sin embargo, más tarde cambiaron de postura y apoyaron la moción presentada por el PLN, lo que provocó la furia del presidente.
El Comité Ejecutivo del PUSC consideró inaceptable que el presidente recurra a “agravios y descalificaciones” para debilitar la labor de los representantes del pueblo. Esta reacción fue compartida por las fracciones del PLN, el Partido Liberal Progresista (PLP) y el Frente Amplio (FA), que también condenaron los insultos de Chaves.
Oscar Izquierdo, jefe de fracción del PLN, defendió a los diputados ofendidos y expresó su indignación: “Jamás vamos a permitir que se trate de ‘malnacidos’ y ‘desgraciados’ a compañeros como Alejandro Pacheco y Carlos Felipe García”.
Por su parte, Ariel Robles, del FA, quien también ha sido objeto de insultos por parte de Chaves en el pasado, criticó el uso de lo que calificó como “calificaciones rastreras” en el discurso político del mandatario. Robles hizo una analogía, señalando que “cuando un borracho insulta a alguien, hay dos caminos: responderle en condiciones similares, y las personas no podrán distinguir quién es el ebrio, o ignorarlo y evidenciar su condición”.
El incidente ha reavivado el debate sobre el clima político en Costa Rica, donde las tensiones entre el Ejecutivo y los distintos partidos han crecido, especialmente en temas tan sensibles como la educación superior.