Méndez, quien además de su labor como árbitro fue una voz conocida en la transmisión de partidos debido a su trabajo como comentarista arbitral, presentaba varios problemas de salud que deterioraron su condición física en los últimos años. Entre las complicaciones que enfrentaba, destacó la pérdida de un ojo, producto de su delicada situación médica.
El exárbitro fue diagnosticado con un tumor cancerígeno en la garganta, una enfermedad que finalmente acabó con su vida. Durante su carrera, Méndez fue parte fundamental de la historia del arbitraje en el país, destacándose por su profesionalismo y su contribución al desarrollo de este deporte en diversas competiciones.
Su deceso ha dejado una profunda tristeza en la comunidad deportiva, que lo recordará como un hombre de gran carácter y compromiso con el fútbol. Familiares, amigos y compañeros de trabajo han expresado su pesar por la partida de Méndez, quien fue una figura clave en el mundo del arbitraje y una referencia para las nuevas generaciones.