Redacción – El Hospital Manuel Mora Valverde, ubicado en Golfito, enfrenta una crisis de recursos que pone en riesgo la atención médica de aproximadamente 45,000 habitantes de los cantones de Golfito, Puerto Jiménez y Osa. A pesar de ser la principal institución de salud para una vasta región, el hospital opera con serias limitaciones tanto en infraestructura como en personal especializado y equipamiento médico.
Con solo 57 camas para una población de 45,000 personas, el Hospital de Golfito se encuentra al borde de su capacidad. Este número resulta insuficiente para cubrir la creciente demanda de atención médica, especialmente en áreas críticas como ginecología, obstetricia y pediatría. La institución se ve obligada a optimizar cada espacio disponible, pero su crecimiento se ve imposibilitado debido a su ubicación dentro de una zona protegida. A pesar de las limitaciones físicas, el hospital cuenta con un terreno disponible para una futura ampliación, que ya ha sido sometido a estudios técnicos. Sin embargo, para poder avanzar con la compra y construcción de nuevas instalaciones, es necesario que la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) declare dicho terreno como de interés institucional, lo cual aún está en proceso.
El déficit de profesionales es otro de los grandes obstáculos que enfrenta el hospital. Actualmente, el centro cuenta con un solo especialista por área, lo que sobrecarga a los médicos, quienes deben atender un volumen de pacientes que excede sus capacidades. En especialidades como anestesiología, los especialistas deben realizar todo tipo de procedimientos quirúrgicos, lo que limita su disponibilidad para atender a más pacientes. El hospital también enfrenta una grave escasez de personal de enfermería. Solo se dispone de una enfermera obstetra, que cubre los partos humanizados, y la mayoría de las demandas de enfermería se atienden mediante horas extras, lo que impacta en la calidad de la atención y genera un desgaste significativo en el personal.
El hospital también presenta deficiencias importantes en términos de equipamiento. La ausencia de un mamógrafo y la falta de un ultrasonido adecuado son problemas críticos. Actualmente, el equipo de ultrasonido se utiliza no solo para diagnóstico, sino también para procedimientos quirúrgicos guiados por anestesiólogos, lo que genera aún más presión sobre el ya limitado equipamiento.
Las listas de espera en el Hospital de Golfito se han convertido en una preocupación constante. La clínica de nutrición, por ejemplo, tiene más de 900 pacientes esperando atención, con tiempos de espera que superan los 850 días. En ginecología y la clínica de mamas, la situación no es mucho mejor, con más de 280 personas pendientes de atención. El hospital también se encarga de atender pacientes derivados del Hospital Fernando Escalante Pradilla, resolviendo casos de gastroscopías, pero las limitaciones de espacio y personal dificultan aún más la atención oportuna.
El panorama para el Hospital Manuel Mora Valverde sigue siendo incierto. Aunque la comunidad de Golfito y las autoridades locales han solicitado insistentemente una mejora en los recursos, la situación continúa siendo crítica. La escasez de recursos, tanto humanos como materiales, requiere de una respuesta urgente por parte de las autoridades de salud para garantizar que los habitantes de la región reciban una atención médica digna y oportuna.
Para que el hospital pueda afrontar estos desafíos, es crucial la aprobación de las iniciativas de expansión y la asignación de los recursos necesarios para mejorar tanto la infraestructura como los servicios médicos. La falta de estos recursos seguirá poniendo en riesgo la salud de miles de personas en la región. El Hospital Manuel Mora Valverde de Golfito se encuentra en una encrucijada, y la solución parece estar lejos sin un compromiso firme de las autoridades para enfrentar los desafíos estructurales y humanos que aquejan a la institución.