- Festividad continúa siendo una de las más entrañables en la cultura cristiana
Redacción – Cada 6 de enero, millones de personas alrededor del mundo celebran el Día de Reyes, una festividad cristiana que conmemora la visita de los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar al Niño Jesús en Belén. Esta tradición tiene raíces tanto religiosas como culturales y es especialmente importante en países de habla hispana.
El origen bíblico
La historia proviene del Evangelio de Mateo (2:1-12), donde se relata cómo unos sabios del Oriente, guiados por una estrella, llegaron a Belén para rendir homenaje al recién nacido Jesús. Los Reyes Magos llevaron consigo tres regalos con un profundo simbolismo:
• Oro: representando la realeza de Jesús.
• Incienso: simbolizando su divinidad.
• Mirra: prefigurando su sufrimiento y muerte en la cruz.
La simbología detrás de la celebración
El Día de Reyes no solo celebra la llegada de los sabios al pesebre, sino que también representa la manifestación de Jesús al mundo gentil. En términos religiosos, es conocido como la Epifanía del Señor, una fecha clave en el calendario litúrgico cristiano.
Tradiciones en el mundo hispano
En muchos países, el 6 de enero es un día de alegría y unión familiar. Algunas de las tradiciones más destacadas incluyen:
• Cabalgatas de Reyes: Desfiles donde los Reyes Magos recorren las calles lanzando dulces a los niños.
• Entrega de regalos: En países como España y México, los niños reciben regalos la mañana del 6 de enero, en honor a los obsequios ofrecidos al Niño Jesús.
• La Rosca de Reyes: Un pan dulce circular decorado con frutas cristalizadas que simbolizan la corona de los Reyes Magos. Dentro de la rosca se esconde una figura del Niño Jesús, y quien la encuentra debe organizar una celebración el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Más allá de los regalos y las tradiciones, el Día de Reyes invita a reflexionar sobre los valores de la generosidad, la fe y la búsqueda espiritual, representados por los magos que emprendieron un largo viaje guiados por una estrella.
Esta festividad continúa siendo una de las más entrañables en la cultura cristiana, recordando no solo un evento bíblico, sino también la importancia de la fe y la esperanza en el corazón de las personas.
